Los diputados promotores del aborto legal están dispuestos a negociar algunos de los aspectos más controvertidos de su propuesta y a bajar de la lista de invitados a algunos expositores, con el objetivo de conseguir una media sanción y que ésta se produzca antes del sábado 16 de junio, día en que Argentina debutará ante Islandia en el Mundial de fútbol de Rusia, que dura hasta el 15 de julio.
Desde el martes 10 de abril, cuando se iniciaron las reuniones informativas del plenario de las comisiones de Legislación General, Salud y Legislación Penal y Familia, en la Cámara de Diputados ya han disertado unas 200 personas. Pero todavía faltan unas 500 más.
Según pudo saber Los Andes, para cumplir el acuerdo político de tener finalizada la ronda de invitados en mayo los promotores del aborto legal están dispuestos a acortar la cantidad de disertantes y a anotar más exposiciones por día en las dos jornadas semanales de debate de los martes y los jueves.
De todas maneras, más que cumplir los plazos, su objetivo primordial es conseguir el número de votos suficiente para darle media sanción la legalización del aborto. Para ello, negociarán un texto con concesiones, que atienda algunas inquietudes.
El target es esa cincuentena de diputados que aún no han expresado su opinión. Hasta el momento se cuentan un centenar a favor y otro centenar en contra del aborto legal, con una leve ventaja de estos últimos.
El artículo a negociar
Una de las partes del proyecto de aborto legal que firmaron 72 de los 256 diputados que genera mayor resistencia es el artículo 8º, que establece que "si la interrupción voluntaria del embarazo debe practicarse a una persona adolescente, entre los 13 y los 16 años de edad, se presume que cuenta con aptitud y madurez suficiente para decidir la práctica y prestar el debido consentimiento".
La macrista Carmen Polledo, presidenta de la comisión de Salud y ferviente antiabortista, ya lo cuestionó al señalar que "una nena de 13 años no está autorizada para comprar cerveza pero sí va a poder abortar sin autorización de los padres".
Los impulsores del aborto legal lo defienden y resaltan que se basó en el Código Civil y Comercial vigente, que en su artículo 26 determina que el menor de edad "ejerce sus derechos a través de sus representantes legales". Sin embargo, en la misma norma se indica que si el adolescente "cuenta con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por sí los actos que le son permitidos por el ordenamiento jurídico".
“Se presume que el adolescente entre trece y dieciséis años tiene aptitud para decidir por sí respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen su estado de salud o provocan un riesgo grave en su vida o integridad física”, establece el Código Civil.
En este sentido, dice que “si se trata de tratamientos invasivos que comprometen su estado de salud o está en riesgo la integridad o la vida, el adolescente debe prestar su consentimiento con la asistencia de sus progenitores” y que “el conflicto entre ambos se resuelve teniendo en cuenta su interés superior, sobre la base de la opinión médica respecto a las consecuencias de la realización o no del acto médico”.
Según pudo saber este diario, los promotores del aborto legal aceptarían borrar el artículo 8º del proyecto para evitar el aprovechamiento de sus detractores y que lo referido a las menores quede regulado directamente por el Código Civil que entró en vigencia en 2015.
Otra de las modificaciones está referida a la objeción de conciencia. Esto no está considerado en el proyecto más firmado pero sí en otros, como el del macrista Daniel Lipovetzky: determina que los médicos deberán declararse objetores con antelación y no ante casos concretos.
Lo innegociable
Los promotores del aborto legal no están dispuestos a negociar tres aspectos centrales: la legalidad de la interrupción del embarazo hasta la semana 14 de gestación, la despenalización y la incorporación del aborto como práctica en el sistema de salud.
Como ocurrió con el matrimonio igualitario, durante cuyo debate algunos legisladores proponían la unión civil como solución intermedia, ahora con el aborto algunos se inclinan por la mera despenalización y rechazan la legalización. Esa idea aparece como una decisión salomónica.
Al respecto, la diputada Brenda Austin dijo a Los Andes que no avanzar hacia la legalización significa mantener la desigualdad.
“Es un razonamiento incompleto que no resuelve el gran problema, que es de salud pública. Las mujeres con recursos podrán ir a clínica privada a practicarse un aborto, ya sin miedo a que las metan presas. Pero las pobres seguirán poniendo en riesgo su vida”, sostuvo Austin.
La diputada por Córdoba afirmó también que es “absurdo” el argumento de que el aborto legal supondrá un elevado costo para el sistema de salud, porque según dijo “hoy al Estado le salen más caras las 50.000 internaciones por año por abortos clandestinos que comprar misoprostol por licitación pública, que saldría centavos de dólar, mucho menos que los 3.000 pesos de precio de venta al público por 16 comprimidos”.
En el Senado, Pichetto dice sí y Cristina calla
El debate sobre aborto legal en el Senado depende de que Diputados en junio le dé media sanción. Pero algunos de los integrantes de la Cámara alta ya han salido a anticipar su postura. Entre ellos, Miguel Pichetto, el jefe del interbloque Argentina Federal, que responde a los gobernadores del PJ.
"Si el debate se hace seriamente, tiene que salir una ley que sea importante, que aborde los problemas de la salud pública y que también implemente políticas de prevención, de cuidados, de paternidad responsable, de cómo le enseñamos a los chicos en la primaria y en la secundaria que no queden embarazados, que se pueden repartir preservativos. Y que la Iglesia no se ponga mal. Estamos esperando qué pasa en Diputados", dijo el rionegrino a Los Andes.
El senador más importante de la oposición dijo que “hay nuevos derechos en la sociedad, nuevas demandas” que deberían ser interpretadas.
“No podemos seguir mirando estos temas con mirada vetusta del siglo XIX, o con la hipocresía de la Iglesia argentina, que cuando Ginés González García, que fue un gran ministro de Salud, repartía preservativos y quiso hacer una campaña de prevención para que las pibas no quedan embarazadas, estuvo en contra”, se despachó Pichetto.
Sostuvo que la penalización y la inaccesibilidad del aborto provocan que "a este tema lo sufran las mujeres más pobres" y pidió "abordar este debate".
Cristina Kirchner aún no opinó sobre este asunto. Hasta ahora, solamente se le conoce su postura contraria.
La expresidenta de la Nación y actual senadora tiene un fuerte compromiso con el papa Francisco, celebra el Día del Niño por Nacer y ya declaró su postura en contra de la despenalización, pero por otra parte tiene a casi toda su tropa y a sus dos hijos, Máximo y Florencia Kirchner, a favor de esta iniciativa.
En sus huestes no descartan que, llegado el caso, cambie de opinión.
Una sí, otra no
El artículo 8 es negociable. Es el apartado en el que se permite a las menores de entre 13 y 16 años solicitar un aborto. Podría ser retirado para calmar a los indecisos y quitarles una bandera a los detractores de la legalización del aborto.
Es innegociable la legalización y su práctica en el sistema de salud. Declarar sólo la despenalización permitirá realizarse abortos, pero no resolverá el problema en discusión, que es evitar las muertes de las mujeres que se hacen abortos en malas condiciones de salubridad.