El abogado embaucador que estafó a la Justicia

Al letrado se le unificaron tres condenas y debía ir a prisión, pero no se presentó y lo declararon en rebeldía. Se quedaba con dinero de sus clientes.

El abogado embaucador que estafó a la Justicia

Un abogado del fuero local que fue juzgado dos veces por estafas y condenado en ambas ocasiones, es buscado por la Policía luego de que fuera declarado en rebeldía por la Justicia.

Se trata de Carlos Avogadro (60), quien resultó condenado por la Séptima Cámara del Crimen a 6 años de prisión por el delito de administración fraudulenta; además, se le unificaron dos fallos más.

El letrado apeló la sentencia y, hace dos meses, debía presentarse en Tribunales luego de ser notificado por la Cámara que lo condenó; pero el abogado no se hizo presente.

De esa forma el tribunal lo declaró en rebeldía y libró una orden de captura.

Condenas

En marzo de 2009, Avogadro fue condenado por la Segunda Cámara del Crimen a tres años de prisión en suspenso y a cinco años de inhabilitación para ejercer la profesión, luego de encontrarlo culpable del delito de administración fraudulenta. Según la Justicia se quedó con las indemnizaciones que les correspondían a dos de sus clientes en distintos trabajos.

En un caso, citó al cliente, sacó de un cajón 45 mil pesos y  a través de un engaño le hizo firmar un recibo por 145 mil pesos.

Una semana más tarde le hizo leer al mismo cliente un recibo por 13 mil pesos y le hizo firmar uno por 55 mil. En ambos casos no le entregó una fotocopia en la que hizo un montaje de las firmas.

Con anterioridad el abogado condenado ganó un juicio y consiguió una indemnización de 130 mil pesos. El cliente nunca recibió un peso.

Otras maniobras

En marzo de 2013 volvió a ser juzgado, en esta ocasión por la Séptima Cámara, que lo encontró culpable, nuevamente, y lo condenó a seis años de cárcel, unificando la condena de ambos casos.

En esta oportunidad los jueces consideraron que Avogadro se quedó con dinero de dos clientes.

Uno de ellos, Jésica Benítez, debía cobrar una indemnización de 120 mil pesos y sólo recibió 60 mil (en épocas en que un peso valía un dólar). En la segunda denuncia, Julio Lara debía recibir la suma de 130 mil pesos y sólo le dio 13 mil.

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