El 65% de las jubilaciones y pensiones cobran el haber mínimo bruto de $ 7.246. Luego del descuento para el PAMI, en mano quedan $ 7.029. En este tramo se encuentran casi 4,5 millones de beneficiarios sobre un total de 6,8 millones de personas.
Luego, el siguiente tramo es el de los que cobran hasta $ 9.040 pesos. Son 471.000 personas y equivalen al 6,9% del total de beneficiarios.
El tercer tramo -el segundo más numeroso- corresponde a quienes cobran hasta 11.300 pesos: son 572.000 beneficiarios y son el 8,4% del total.
Esto demuestran que la base de la pirámide previsional es anchísima: el 81% de los jubilados y pensionados cobran entre 7.400 y 11.300 pesos por mes.
Luego, quedan 1,3 millón de beneficiarios en los tramos más altos, que van desde los $ 13.560 a los 53.000 pesos. Por encima de todos, 50.000 beneficiarios que cobran más de 53.000 pesos al mes.
Dictamen en el Senado
Si se aprueba el dictamen del Senado, en marzo de 2018, la jubilación mínima pasaría a $ 7.659 brutos, un aumento del 5,7% o $ 413. En cambio, con la fórmula actual, que combina evolución de los salarios y recaudación, el aumento sería no menor al 12% y el haber mínimo subiría a $ 8.115. En consecuencia, el cambio de fórmula implica en marzo un aumento en la mínima menor en $ 456.
Luego en junio, las jubilaciones recibirían un nuevo aumento según la evolución 70% de inflación y 30% de salarios del cuarto trimestre de 2017. Eso permitiría achicar o compensar hacia delante el desfase de marzo.
Pero en setiembre se repite la brecha porque en lugar de percibir el aumento de enero-junio de 2018, los jubilados y beneficiarios de las prestaciones recibirían el 70% de inflación y 30% de salarios solo del primer trimestre. Y se mantiene este desfase todos los años.
Lo mismo pasa con el resto de las prestaciones sociales, como las asignaciones familiares y la AUH.
Así, el cambio de fórmula lleva no solo a que el próximo primer aumento (marzo de 2018) sea inferior sino que, sobre una base más baja, la actualización tendrá un desfase de entre 3 y 6 meses, con el consiguiente ahorro para las cuentas de la Anses y perjuicio a sus beneficiarios.