En una charla sobre "los interrogantes económicos antes y después de las elecciones", el economista Daniel Artana planteó que, si bien la inflación volvió a subir en el primer trimestre de 2019, se espera que se vaya desacelerando en los próximos meses. También señaló que no es esperable que se genere una corrida bancaria, ya que el Banco Central tiene reservas para responder a una cierta dolarización. Sin embargo, consideró que la incertidumbre eleccionaria dificulta una recuperación de la economía.
El economista de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) fue invitado por Nix Valores, agente del mercado de capitales, a disertar sobre el escenario económico actual y opinar sobre qué se puede esperar que ocurra en el corto plazo.
Artana analizó algunos indicadores para concluir que lo más difícil de llegar a un equilibrio de la balanza comercial ya se ha transitado, pese a que esto no se logró a partir de un incremento significativo de las exportaciones -que reaccionan lentamente- sino de una disminución de las importaciones. "El ajuste importante que había que hacer, ya lo hicimos. A las piñas, no ordenadamente, pero es algo relevante para pensar la política económica hacia adelante", lanzó.
También planteó que se ha avanzado en el ajuste fiscal, pero que como contraparte se ha tenido un desplome muy marcado del consumo, que explica el "malhumor" de la gente con el gobierno de Mauricio Macri. De hecho, mostró que, en comparación con la crisis de 2008, la del año pasado no generó una recesión tan aguda, pero sí se está demorando mucho más tiempo la recuperación por las políticas monetaria y fiscal restrictivas.
Escenario de corto plazo
Artana estimó que se llegará a las elecciones de octubre con un escenario de relativa tranquilidad: una inflación más baja que la actual y un dólar que podría mantenerse, porque el Banco Central tiene unos U$S 20 mil millones de reserva para intervenir en el mercado cambiario en algunos momentos puntuales, como lo habilitó el FMI.
Sin embargo, señaló que el gobierno no tiene margen para aplicar un programa que le permita reactivar la economía y que, si bien están dadas las condiciones, esto recién se notaría en 2020. De hecho, planteó que las previsiones muestran que se podría alcanzar un 2 a 3% de crecimiento el año que viene.
Panorama post elecciones
En cuanto a lo que podría ocurrir después de las elecciones, Artana expresó que "60 o 70% de lo que había que hacer ya se hizo" y que " se puede aprovechar el ajuste y terminar el camino o tirar todo por la borda". También señaló que no hay dinero para repartir, pero que la economía ya entró en recesión y, si bien se podría haber hecho de otra manera, ya pasó lo peor. Por otro lado destacó que se recuperó el tipo de cambio, por lo que no es esperable una "mega" devaluación.
Así, señaló que no es viable una alternativa en la que se suban de modo importante los sueldos y las jubilaciones, y se bajen las tarifas. "Si uno intenta hacer eso, al poco tiempo nos chocamos contra la pared", indicó. "Lo más razonable es seguir ordenando y conseguir financiamiento para reactivar el consumo, pero a un ritmo lento", comentó.
En lo que respecta a la deuda, el economista reconoció que la gestión actual "la engrosó", pero recordó que se recuperaron las reservas y se están consolidando los números fiscales. Asimismo, señaló que los vencimientos importantes del FMI son en 2022 y 2023 y el organismo está dispuesto a renegociar si se realizan reformas estructurales. "Lo complicado sería una deuda con el sector privado, pero ésta es baja", resaltó.