De acuerdo a un informe publicado por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de Mendoza (DEIE), el 60% de los trabajadores del sector gastronómico de la provincia se encuentra en la informalidad. Esa condición deja a los empleados en una posición delicada ante la retracción en el nivel de actividad y un posible incremento en la cantidad de despidos, aunque tanto el Gobierno como los empresarios han encontrado alternativas para sostener los niveles de empleo.
El mercado laboral
Como lo afirman los dueños de los locales gastronómicos, los trabajadores del sector están atravesando una situación crítica. Si bien se habla principalmente de "caída de ingresos", lo cierto es que existe también un riesgo real de pérdida de puestos de trabajo. En ese marco, son los informales los que están en una posición más vulnerable, tal como expresó Fernando Barbera, presidente de la Asociación Empresaria, Hotelero, Gastronómica y Afines de Mendoza (Aehga).
En detalle, los números de la DEIE(actualizados a junio de 2019) indican que el rubro de "restaurantes y hoteles" de Mendoza tiene 20.502 empleados, de los cuales hay solo 8.200 registrados, frente a 12.302 no registrados. Es decir la informalidad llega al 60%.
No es un dato menor, teniendo en cuenta que se trata de uno de los sectores que mayores perspectivas de crecimiento tenía en el ámbito laboral para el 2020. Es que el tipo de cambio alto y la mejora en los niveles de conectividad de los últimos años, llevaron a Mendoza a romper récords en cantidad de turistas durante el 2019. Eso impactó favorablemente en turismo, comercio y gastronomía, y en muchos casos permitió un repunte en los niveles de empleo.
Economistas y funcionarios preveían que en 2020 la tendencia positiva continuaría y se vería reflejada tanto en niveles de ventas como en cantidad de trabajadores. Sin embargo, la propagación del coronavirus en el mundo le dio un giro de 180° al escenario pevisto.
Hoy no hay demasiadas expectativas de creación de puestos de trabajo en hoteles, restaurantes y bares. De hecho, la prioridad ahora es evitar que se pierdan empleos.