La colocación del Bono Mendoza 23 esta semana le permitirá al gobierno de Alfredo Cornejo tener más reservas para funcionar, lo sacará de los sofocones mensuales para atender el gasto corriente y le otorgará una mayor previsibilidad para encarar el segundo semestre de este año. Así lo confirman en el propio Gobierno provincial.
Pero para la Provincia significó el crecimiento en un 50 por ciento de su deuda pública que, hasta el miércoles pasado, era de 14.500 millones de pesos y el jueves pasó a ser de 21.750 millones.
Es decir que subió en dólares de 1.000 a 1.500 millones, que habrá que afrontar en los próximos años al valor que tenga el dólar el día de pago.
Esta semana la parte dolarizada de la deuda saltó automáticamente de 40 al 60 por ciento (ver aparte). Esto significa que seis de cada diez pesos de la deuda mendocina están hoy atados al dólar.
Por lo tanto la mayor parte del endeudamiento provincial crecerá automáticamente ante cada devaluación del peso, una moneda históricamente atada a la endémica inflación argentina.
Es cierto que Cornejo prevé reestructurar la mitad de la deuda de Mendoza.
Y renegociar el pago mensual del préstamo remanente con el Credit Suisse (50 millones de dólares), además de los créditos y adelantos del Banco Nación (2.200 millones de pesos). Esto le aliviará el peso de la seguidilla de vencimientos con la obtención de plazos más largos.
Pero sólo habrá una disminución de la deuda para la Provincia si además logra conseguir menores tasas y no únicamente mayores plazos.
Es que si los intereses crecen irán a engrosar la deuda del Estado provincial. Además del peso de su cumplimiento para las próximas gestiones.
Sin ir más lejos, el nuevo Mendobono de Cornejo prevé una concentración de vencimientos de capital en 2021, 2022 y 2023 que obligará al gobernador que lo suceda a ajustarse el cinturón o a encarar nuevas renegociaciones.
En mayo de esos tres años el nuevo bono tendrá tres vencimientos de capital por 167 millones de dólares cada uno.
Esto significa que -si no se renegocia previamente- el mandatario que asuma en 2019 deberá desembolsar en un solo pago 2.400 millones de pesos (al valor actual).
Hoy para juntar esa plata hay que echar mano a las dos terceras partes de los recursos del mes por todo concepto. Y esto incluye la recaudación provincial, las regalías y la coparticipación federal.
Por lo tanto es difícil pensar hoy que habrá forma de evitar una renegociación para desconcentrar y estirar los plazos de esos vencimientos.
Plata fresca
El jueves que viene, ingresarán a la Provincia 7.250 millones de pesos provenientes de la colocación exitosa del nuevo bono en Nueva York, Los Ángeles, Boston y Londres.
“Mendoza es la provincia que consiguió mayores ofrecimientos, mejor tasa (8,3%) y menor comisión (0,15%). Aun sin garantía hemos superado al bono de Neuquén, que cuenta con garantía de regalías”, dijo esta semana exultante desde Estados Unidos el ministro de Hacienda, Martín Kerchner. También destacó que “la colocación ha sido un éxito porque los inversores han confiado que habrá crecimiento en Mendoza”.
Una frase casi idéntica se pronunció hace tres años, pero tuvo una procedencia muy distinta. “Las condiciones de colocación fueron mejores que las previstas, hubo confianza en Mendoza e incluso superamos a Neuquén”, también dijo el entonces ministro de Hacienda del gobierno de Francisco Pérez, Marcelo Costa.
Fue en octubre de 2013, tras la ubicación del Bono Link 20 (Tercera Serie) por 55 millones de dólares con garantía de coparticipación, 3% de interés y 1,3% de comisión a pagar según la cotización de la divisa norteamericana.
Tres meses después (en enero de 2014), la devaluación de Cristina Fernández llevó el dólar de casi 7 a 8 pesos y la deuda de Mendoza creció 650 millones de pesos en apenas un par de días.
No sólo aumentaron los compromisos de los tres bonos link (16, 18 y 20) emitidos por Pérez, sino también el remanente del Bono Aconcagua de Lafalla renegociado en Mendoza 18 por Cobos y el préstamo en dólares -con vencimiento mensual- del Credit Suisse que tramitó Celso Jaque y terminó ocupando Pérez.
La deuda mendocina volvió a crecer en diciembre del año pasado de 12.600 a 14.500 millones de pesos cuando el presidente Mauricio Macri abrió las compuertas cambiarias y el dólar trepó de 9 a 14 pesos.
Un giro total entre las dos monedas
La deuda consolidada mendocina discriminada por moneda a diciembre de 2015 era de 60% en pesos (8.600 millones de pesos) y 40% en dólares (5.900 millones en pesos) lo que hacía un total de 14.500 millones de pesos.
La colocación del último bono internacional esta semana provocó un enroque de porcentajes en la composición monetaria del endeudamiento: ahora el 40% está expresado en pesos (8.600 millones de pesos) y el 60% en dólares (13.150 millones en pesos) sobre una deuda global de 21.750 millones de pesos.
Para el Gobierno, lo que pesa es 'la herencia'
El gobierno radical de Alfredo Cornejo achaca abiertamente la responsabilidad al del justicialista Francisco Pérez por la situación de endeudamiento de la Provincia. Se apoya en el informe de la Auditoría General de la Nación (AGN) convalidado parcialmente por la Fiscalía de Estado de la Provincia.
Para el oficialismo la gestión de Pérez le legó a Cornejo un pasivo de 16.464 millones de pesos compuestos por una deuda transitoria de 3.700 millones, A ello agregan una deuda flotante (devengada pero no pagada) de 5.074 millones, una no registrada (o “pinche”) de 1.135 millones y una consolidada y con un calendario formalizado de pagos de 6.562 millones. También remarca que “de este total el 60 por ciento vence a muy corto plazo, mientras el 28% lo hace a corto y el 12 por ciento a largo plazo”.
Historia
En los últimos diez años se han escrito informes sobre la deuda mendocina que coinciden en alertar por su crecimiento y dificultades de disminución.
Un trabajo de la Acovi (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas) escrito por Florencia Gabrielli y Monserrat Serio indica que “la situación fiscal de Mendoza (1995-2011) ha estado seriamente comprometida y no se ha logrado disminuir significativamente el nivel de endeudamiento”. Y agrega que “en términos del PBG de Mendoza, la deuda se ha situado en torno al 12 por ciento desde 1995 con la excepción de 2002 cuando la fuerte contracción de la economía hizo trepar el ratio deuda-PBG hasta el 37%”.
En tanto, un informe sobre “Sustentabilidad de la Deuda Pública de Mendoza”, realizado por Raúl Molina, Rodolfo Correa y Federico Morábito, se pronuncia por sostener “una tasa real de endeudamiento menor a la de crecimiento real de la economía”, para lograr “cierta holgura y solvencia a largo plazo”.