El 42 por ciento de los alumnos argentinos del colegio secundario asegura que deberá trabajar para poder costear sus estudios en instancias terciarias o universitarias y el 5 por ciento sostiene que no tiene chances: deberá buscar un empleo y largar los libros.
Es una cruda realidad que se desprende de la evaluación Aprender 2017 difundida ayer por el ministerio de Educación de la Nación.
En esta encuesta" participaron en total 308.536 estudiantes de los niveles primario y secundario en 10.348 escuelas argentinas.
Además de las complejas limitaciones económicas que afrontan, los estudiantes también expresan que no se sienten completamente atraídos por los contenidos y la forma de enseñanza, lo cual, si bien no es determinante para la deserción, representa otro obstáculo para seguir estudiando.
En ese contexto, el 53 por ciento de los adolescentes asegura que la escuela no le brindó orientación vocacional para posibles salidas laborales. La mayoría de los establecimientos dedican una pequeña parte de la currícula a dar información sobre carreras universitarias, terciarias o de carrera docente, según el testimonio que dieron 72% de los estudiantes.
De la evaluación se desprende otro dato que da cuenta de lo que sienten los estudiantes de la escuela secundaria en todo el país: el 75% sostiene que hay temas o actividades que la institución educativa debería abordar o enseñar y no lo hace.
¿Cuáles son esos temas? Educación sexual; violencia de género/otros tipos de violencia; usos de nuevas tecnologías; elaboración de proyectos; talleres de arte, música y teatro; trabajo con la comunidad; y talleres de cocina y manualidades.
Los alumnos de la escuela secundaria de la Argentina mejoraron levemente su desempeño en Lengua pero empeoraron en Matemáticas y los resultados generales siguen estando muy lejos de los ideales, es la síntesis de la evaluación Aprender 2017.