Fernando Gez es un abuelo de 89 y el más grande de los asistentes de estacionamiento. Hace seis años que trabaja en la calle Anzorena y cuando le comentaron de la posibilidad de ser trabajador efectivo, él prefirió hacerse a un lado y dejar el lugar a los más jóvenes. Sin embargo, confió a Los Andes que lo fueron a buscar a su casa:
"Vinieron a buscarme a mi casa y hablaron con mis nietas. Ellas me insistieron en que tomara la oferta de trabajo. Desde que acepté todos me han dado un apoyo muy grande y todos me tratan con mucho respeto", concluyó.