Ole Einar Bjoerndalen, el impulsor del biatlón

El noruego, quien se entrena entre 900 y 1.000 horas por año, igualó el récord de mayor cantidad de medallas ganadas en un Juego Olímpico de Invierno.

Ole Einar Bjoerndalen, el impulsor del biatlón

El noruego Ole Einar Bjoerndalen, que ayer se convirtió en el atleta con más medallas de la historia en los Juegos Olímpicos de Invierno igualado con su compatriota Björn Daehli, es un competidor nato, un hombre acostumbrado a ganar y cuyo hambre de éxitos no parece nunca quedar saciado.

Su historia es la de un deportista que ha hecho pasar a su deporte, el biatlón, a otra dimensión. Como Eddy Merckx en el ciclismo, Bjoerndalen es el “Caníbal”, el que devora trofeos y siempre consigue imponer su ley.

En la Copa del Mundo acumula 94 victorias desde la primera, conseguida ya en la lejana temporada 1995-1996. Son 19 sus títulos mundiales y seis sus grandes globos de cristal. Ahora acaba de añadir a su palmarés una duodécima medalla olímpica (7 de oro, 4 de plata, 1 de bronce) gracias a la victoria en el sprint.

En el Olimpo de los dioses, está en el mismo pedestal ahora que su compatriota Dahlie, el mejor fondista de la historia, que logró doce medallas -ocho de oro- entre 1992 y 1998. Con sólo una más, algo que parece totalmente factible en Sochi-2014, Bjoerndalen tendrá el honor de quedar solo en cabeza.

Una carrera cerca del final

El rey del biatlón está viviendo en Sochi sus últimos Juegos Olímpicos y uno de sus últimos momentos importantes en la competición, ya que anunció que la de 2013-2014 será su última temporada.

La clave de su éxito es su extrema profesionalidad, su seriedad y sobriedad, que han cimentado las claves de una carrera larga y marcada por la regularidad. Fue capaz de imponerse unas enormes cargas de trabajo en los entrenamientos, con un ritmo de 900 a 1.000 horas por año, eso ya desde que tenía 15 años de edad.

“Sin duda, su marcha dejará un vacío inmenso. Es el hombre que ha hecho todo por el biatlón en Noruega. Gracias a él, hoy tenemos las estructuras que tenemos. Es una leyenda y nos quedaremos tristes”, reconoce uno de sus teóricos sucesores, Emil Hegle Svendsen.

El “Patriarca del Biatlón” Bjoerndalen fue el primero en contar con un entrenador de tiro personal o con un preparador mental. Signos todos ellos de su obsesión por la planificación y por el trabajo duro.

¿Pronto en el COI?

Entre sus grandes rivales se encontró el francés Raphael Poirée, con el que mantuvo una rivalidad muy mediática, que contribuyó a relanzar mediáticamente este deporte. “En el circuito, él se protege mucho, no consigue llegar a compartir mucho desde el plano humano”.

El futuro de Bjoerndalen podría estar a corto o medio plazo en el Comité Olímpico Internacional (COI), donde se aprecia especialmente su humildad y su espíritu deportivo, lo que le convertiría en un representante de excepción para el biatlón y los deportes de invierno.

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