Aquella sede dispersa entre los confines del Parque de Mayo, en San Juan, entre callecitas internas, generosos árboles y sencillas aulas que llamábamos "de madera", otrora casas de emergencia para lo que fue aquel temido terremoto de 1944, junto con las primeras instalaciones duraderas como su aula magna y laboratorios, abrió sus puertas a jóvenes estudiantes que ingresaban con sueños e incertidumbres a orientar sus pasos en la vida y en sus profesiones.
Eran los finales de los años '50 y hasta 1973 en que la Universidad Nacional de Cuyo, que abarcaba el centro oeste del país, se había extendido con preferencia a las Ciencias Exactas. Posiblemente su Escuela de Minas de finales del siglo XIX, induciría a las carreras de Ingeniería que alcanzarían luego un alto prestigio.
Este reconocimiento, sus visionarios conductores y la pléyade de profesores nacionales y extranjeros de renombre que en sus primeras instalaciones volcaban sus conocimientos, atraía no sólo a la juventud sanjuanina sino también, por su cercanía y afinidad, a numerosos mendocinos que nutrirían sus aulas. También muchos otros de provincias vecinas y del exterior.
No sólo esta institución de altos estudios abría sus puertas; también San Juan ofrecía su moderno y espacioso hotel, originariamente para turismo, a los que venían de afuera en la flamante institución de Hogar y Club Universitario, sino también se sumaban las numerosas casas sanjuaninas como hospedaje y hasta en condición de segundo hogar. Así se enriqueció el vínculo entre ambas provincias que compartían la misma naturaleza, bienes y producción. Más aún, varios matrimonios se formaron entrelazando ambas sociedades.
Al final de aquellos años, la Facultad fue ampliando sus espacios al saber, Ingeniería Química, Electromecánica, Civil, Minería y Arquitectura, y a institutos superiores como Energía Eléctrica, Hidráulica, Construcciones antisísmicas, Sismología, Minería y hasta Astronomía, que elevaba sus miradas desde su observatorio de Pampa del Leoncito.
Pero se extendía a través del tiempo un vacío: ¿egresados de quién? se preguntaban los ahora veteranos profesionales allá formados. Sus laboriosos títulos logrados y tantos años de actividad dejaban un lejano recuerdo de juventud y no integraban el valioso Colegio de Egresados. Así fue que la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), con sede en Mendoza, de carreras similares, abrió sus puertas al ferviente pedido de un grupo de aquellos egresados que se formó en esas épocas, bajo la atracción de la amistad y el fervor de revivir el espíritu joven de los flamantes diplomados. También ofreció su rica experiencia en tantas generaciones que les continuaron. Hoy se encuentran "nuevamente en casa".
Desde la creación de la Universidad de San Juan (en la década del '70), la Facultad de Ingeniería y Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (San Juan), hasta entonces de la UNCuyo, fue absorbida por la nueva universidad y pasó a ser su Facultad de Ingeniería. Como consecuencia, los egresados de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Exactas quedaron sin casa matriz. Un grupo de ingenieros de Mendoza y San Juan, liderados por ingenieros químicos como Jorge Vivaldelli, Ciro Ávila, Armando Yaciófano, Julio Méndez, entre otros, y algunos electromecánicos que se agregaron hace algunos años: Juan Carlos Vega, Dalmiro Quiroga, Eduardo Pulido, entre los principales, arquitectos e ingenieros civiles, han formulado un pedido de reconocimiento al actual rectorado de la UNCuyo.
El proceso ha concluido con una resolución favorable y, en un acto a realizarse el 11 de noviembre, aquí en Mendoza, se nos entregará una credencial como egresados de la UNCuyo. Si bien son más de 700 diplomados, en ese acto estarán unos 170, en atención a las credenciales solicitadas. Asimismo habrá reconocimientos a profesores distinguidos y a egresados destacados (Oscar Vélez, Jorge Fuentes Berazategui, Raúl Castellani, Juan Salmaso y Juan Carlos La Rocca). Entre los egresados figuran además algunos nombres que seguramente resultarán conocidos: Enrique Pescarmona, Gerardo Belinsky, Ernesto Ferrer (presidente actual de IDEA), Víctor Pochat (ex interventor en Hidronor), Julio Gallego (ex gerente regional de Agua y Energía, después ex titular de EMSE, actualmente ejecutivo de la Cooperativa Eléctrica de Godoy Cruz), Jorge Rossell, Antonio Tarántola y Jaime Vallés. La lista de empresarios sería muy numerosa.