Fresco y a mano estará por siempre el recuerdo de aquel año 83, cuando hacia fines de octubre, Oscar González, un ruludito de 16 años, llegaba de Volta Redonda, Brasil, luego de haberse consagrado como el mejor juvenil de Sudamérica e iniciando, a partir de allí, una trayectoria internacional de grandes satisfacciones.
Si parece que fue ayer que sus compañeros de la Química lo recibieron en el aeropuerto desplegando un enorme trapo que rezaba ‘‘Bienvenido campeón’’.
Ahora fue en Curazao donde se desarrolló el Sudamericano para mayores. Allí, González llevó a la Argentina a lograr la medalla de bronce.