El mendocino Raúl Camargo, de 38 años, firmó autógrafos luego de llegar a la meta en la última etapa de la Vuelta de Mendoza. La gente lo reconoció como ídolo popular luego de recorrer los más de 1000 kilómetros del giro sin equipo, sin compañeros, ni auxilio.
Fue uno de los del grupo selecto que culminó la prueba y la gente le retribuyó el esfuerzo con cariño y reconocimiento. “Mi objetivo era terminar, como fuera. Me la jugué a muerte, como tenía que hacerlo. Por suerte pude aguantar hasta el final” sentenció.