EEUU y Rusia construirán juntos una base en la Luna

Primero armarán una estación en la órbita del satélite y luego, sobre su superficie, un sitio para albergar astronautas y lanzar misiones a Marte y otros planetas. Reemplazarán a la actual ISS.

EEUU y Rusia construirán  juntos una base en la Luna

La agencia espacial rusa Roskosmos anunció el miércoles un acuerdo con la NASA para cooperar en el proyecto estadounidense de construcción de una estación orbital en torno a la Luna en el marco del programa “Deep Space Gateway” (Puerta al Espacio Profundo, en inglés).

El proyecto apunta a construir una estación en órbita lunar, que sirva como punto de enlace entre la superficie del satélite terrestre, las misiones a otros planetas y la Tierra. Esa estación es considerada punto clave en un programa más ambicioso de vuelos a Marte y al resto del Sistema Solar.

El pacto de Adelaida

La firma del acuerdo tuvo lugar en Adelaida, (Australia), donde se celebra por estos días el 68º congreso internacional de astronáutica.

El proyecto sería el sucesor de la Estación Espacial Internacional (ISS, en inglés), que llegó al espacio en 1998 con la colaboración de EEUU, Rusia, Europa, Canadá y Japón y que dejará de funcionar en 2024, según los planes actuales.

La NASA ya había anunciado hace algunos meses que está trabajando en ese proyecto para enviar a los astronautas a la órbita lunar gracias a los nuevos cohetes desarrollados por la agencia espacial estadounidense.
Rusia quiere por su parte abrir una base científica en la misma Luna y espera llevar a cabo sus primeros vuelos lunares antes de 2031.

“Los dos socios tienen la intención de desarrollar normas técnicas internacionales que serán utilizadas en el futuro, incluyendo la creación de una estación orbital alrededor de la Luna. Roskosmos y la NASA ya se pusieron de acuerdo sobre las normas de la futura estación”, dijo la agencia rusa.

Los cohetes rusos Angara y Proton-M podrían ser utilizados en paralelo al estadounidense SLS, para “crear la infraestructura de la estación lunar”, según Roskosmos. Esos cohetes serían utilizados para transportar las cargas.

La agencia rusa explicó que la creación de esta estación orbital no empezará hasta mediados de 2020.

“Como mínimo cinco países trabajan para desarrollar sus propias naves espaciales tripuladas. Para evitar problemas en términos de cooperación técnica, las normas y sistemas de acople deben ser unificados” declaró Igor Komarov, el director de la agencia espacial rusa, quien precisó que una parte de esas normas “serán establecidas sobre la base de elementos rusos”.

La NASA se manifestó “orgullosa de ver un interés internacional creciente sobre el desplazamiento hacia la órbita lunar como próxima etapa del desarrollo de la exploración espacial”, aunque precisó que el proyecto está simplemente en un estado de “formulación de conceptos”.

Según la agencia, el acuerdo con Roskosmos servirá de base para “una arquitectura de exploración viable y accesible financieramente”.

El espacio es uno de los escasos sectores de cooperación bilateral no afectado por las tensiones entre Estados Unidos y Rusia.

Ambos países cooperan en la actual estación espacial ISS, cuyo módulo principal ha sido fabricado por Rusia, el único país capaz de enviar astronautas desde que se terminó el programa de lanzaderas estadounidenses.
La Luna también interesa a la Agencia Espacial Europea. Su director general, el alemán Jan Woerner, pide desde su nombramiento en 2015 la creación de una "aldea lunar".

Retrasan las misiones de China por lanzamiento fallido

China se vio obligada a aplazar dos misiones lunares tras el fallido lanzamiento, en junio, de un cohete, anunció la prensa oficial, que se refirió a un revés inusual para las aspiraciones espaciales del gigante asiático.

Pekín ve la exploración del espacio, coordinada por el Estado Mayor del ejército como un símbolo de la nueva potencia de China, auspiciada por el Partido Comunista en el poder.

Sin embargo, los expertos de Pekín siguen tratando de entender las causas que provocaron el fracaso del lanzamiento, el 2 de julio, de un cohete Larga Marcha 5, un lanzador de gran capacidad que debía poner en órbita un satélite de comunicaciones.

Las autoridades no han facilitado ningún detalle sobre el incidente ocurrido después del lanzamiento, efectuado en la base de Wenchang, en la isla de Hainan (sur).

Por este fracaso, China tendrá que postergar el lanzamiento de dos sondas lunares: Chang’e 5, que debía recolectar muestras de la superficie lunar en el segundo semestre de 2017, y Chang’e 4, que debía posarse en la cara oculta de la Luna en 2018. Las nuevas fechas del lanzamiento se anunciarán antes de que termine el año.

El lanzamiento de un módulo central de la futura estación espacial china, previsto en principio para el año próximo, tendrá que esperar a 2019. AFP

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