El gobierno de Estados Unidos ha estado recopilando en secreto los registros de llamadas de millones de clientes estadounidenses de la empresa telefónica Verizon, gracias a una orden judicial secreta, según admitió la presidenta de la comisión de inteligencia del Senado.
Tras conocerse la novedad, el gobierno de Barack Obama defendió ayer que la Agencia de Seguridad Nacional necesita recopilar los registros telefónicos de ciudadanos estadounidenses. Pero los críticos afirmaron que se trata de un enorme exceso.
La recopilación de registros telefónicos viene ocurriendo desde hace años y era un componente clave del programa de vigilancia sin orden judicial del gobierno Bush, dijo ayer un funcionario estadounidense.
La Casa Blanca no ofreció de inmediato ningún comentario oficial, ni confirmó el informe del diario británico The Guardian según el cual la agencia de espionaje ASN (NSA por sus siglas en inglés) ha recopilado el historial telefónico, pero la autenticidad del documento no fue cuestionada por la Casa.
La orden fue concedida el 25 de abril por el Tribunal de Vigilancia para el Espionaje en el Extranjero y tiene vigencia hasta el 19 de julio, dijo el miércoles The Guardian.
La orden requiere que Verizon, una de las compañías de telecomunicaciones más grandes del país, entregue "a diario" a la ASN la información de todas las llamadas telefónicas en sus sistemas, tanto dentro de EEUU como entre EEUU y otros países.
El diario dijo que el documento, del que obtuvo una copia, muestra por primera vez que bajo la presidencia de Obama se están recopilando indiscriminadamente y al por mayor los registros de comunicación de millones de ciudadanos estadounidenses, independientemente de si los usuarios son sospechosos de cualquier delito.
La divulgación planteó una serie de preguntas: ¿Qué buscaba el gobierno? ¿Seguían otras grandes compañías telefónicas órdenes similares para entregar la información? ¿Cómo se utilizó esa información?
El ex vicepresidente Al Gore tuiteó que la privacidad es esencial en la era digital.
"¿Soy sólo yo o es la manta de la vigilancia secreta obscenamente escandalosa?" escribió Gore, el demócrata que perdió la elección presidencial del año 2000 frente a George W. Bush.
El senador demócrata Ron Wyden dijo que el gobierno de Obama debe revelar los hechos en detalle. "Creo que ellos tienen la obligación de responder de inmediato", dijo Wyden, un frecuente crítico de las acciones gubernamentales que se ocupan de la privacidad de los estadounidenses.
En el gobierno de Bush, la Agencia de Seguridad Nacional construyó un programa de escuchas telefónicas altamente clasificado para vigilar correos electrónicos y llamadas telefónicas en todo el mundo. Los detalles plenos de este programa siguen siendo desconocidos, pero uno de los aspectos era monitorear un número enorme de llamadas entrantes y salientes de EEUU para buscar patrones sospechosos, dijo un funcionario familiarizado con el programa.
Después de que el diario The New York Times reveló la existencia de ese programa de escuchas telefónicas, la operación continuó bajo la autoridad concedida en la ley conocida como Patriot Act, dijo el funcionario.
El vocero de Verizon Ed McFadden dijo ayer que la empresa no daría declaraciones y la ASN tampoco tuvo opiniones de inmediato.
El organismo es sensible a la percepción de que podría estar espiando a los estadounidenses. En un folleto que distribuye, que incluye un DVD para que los periodistas vean un video que se proporciona con fines de relaciones públicas, promete que la agencia "es inquebrantable en su respeto por las leyes de EEUU y las libertades civiles de los estadounidenses, y en su compromiso con la rendición de cuentas", y agrega: "Ganar la confianza de la opinión pública estadounidense es lo más importante".
En su reporte de ganancias del primer trimestre emitido en abril, Verizon Communications Inc. declaró 121 millones de clientes: 98,9 millones de clientes de telefonía móvil, 11,7 millones de telefonía residencial y 10 millones de líneas comerciales. La orden judicial no especificó el tipo de registro telefónico que la ASN exige de sus clientes.
Bajo los términos de la orden, se entregan a la ASN los números telefónicos de ambas partes de una llamada, así como los datos de ubicación, identificadores únicos, la hora y la duración de todas las llamadas. El contenido de las conversaciones no estaba amparado por la orden, según The Guardian.
La amplitud y naturaleza ilimitada de la información entregada a la ASN es atípica. En general, las órdenes de ese tribunal están referidas a las actividades telefónicas de sospechosos específicos, como agentes de un grupo terrorista o un país extranjero, o listas limitadas de sospechosos.
Las escuchas telefónicas de la ASN sin mandamiento judicial durante el mandato del presidente George W. Bush tras los ataques terroristas del 11 de setiembre de 2001 causaron grandes polémicas.
La orden del tribunal fue firmada por el juez Roger Vinson, según The Guardian.