EEUU amplía la lucha contra el EI con ataques en Afganistán

EEUU amplía la lucha contra el  EI con ataques en Afganistán

Estados Unidos ha realizado al menos una docena de operativos -incluidas redadas de comandos y ataques aéreos- en las últimas 3 semanas en contra de extremistas alineados con el Estado Islámico en Afganistán, con lo cual se extendió la campaña militar del gobierno de Obama en contra de la organización terrorista más allá de Irak y Siria.

Las operaciones siguieron a la decisión del presidente Barack Obama del mes pasado de extender la autoridad de los comandantes estadounidenses para atacar a una nueva rama del Estado Islámico en Afganistán. El gobierno -al que los republicanos acusan de no tener una estrategia para derrotar a la organización- está poniendo al día los planes para combatir a la organización terrorista en zonas donde desarrollo afiliaciones, como Oriente Próximo y Africa.

Muchos de estos ataques y redadas recientes en Afganistán han ocurrido en la región de Tora Bora, en la provincia de Nangarhar -área montañosa e inhóspita en la parte oriental del país-, cerca de la frontera con Paquistán. Fue en Tora Bora que Osama bin Laden y otros extremistas de alta jerarquía de Al Qaeda, se refugiaron durante la invasión liderada por Estados Unidos en el 2001 y, al final, evadieron la captura ingresando subrepticiamente a Paquistán.

Comandantes estadounidenses en Afganistán dijeron que creen que habían matado a entre 90 y 100 extremistas del Estado Islámico en los operativos recientes. Funcionarios de inteligencia estiman que hay aproximadamente mil combatientes del Estado Islámico en la provincia de Nangarhar y, quizá, varios miles más en otras partes del país. Sin embargo, hasta los generales que dirigen las misiones reconocen que una organización extremista resistente puede reclutar a nuevos combatientes para remplazar a los que mueren en los ataques estadounidenses.

“Ahora tenemos reglas de combate en las que se reflexionó muchísimo”, dijo Ashton B. Carter, el secretario de la defensa de Estados Unidos, la semana pasada, y añadió que “nos permiten hacer lo que pensamos que se necesita hacer”.

Aun cuando Obama había declarado el fin de las misiones de combate en Irak y Afganistán, los operativos son parte de una huella militar estadounidense que continúa y, potencialmente, se expande en Oriente Próximo y Africa para combatir en contra del Estado Islámico (EI).

En Irak, Estados Unidos tiene alrededor de 3.700 tropas, incluidos instructores, asesores y comandos. En Siria, hay varias docenas de fuerzas de operaciones especiales en tierra.

Carter ha dicho que EEUU y sus aliados están buscando hacer más, y les ha pedido a otros países -incluidos varios árabes- que contribuyan más a la campaña militar a medida que se mueve para reclamar Mosul en Irak y Raqa en Siria, las 2 ciudades importantes que controla el Estado Islámico.

Funcionarios gubernamentales sopesan un nuevo plan para una campaña en Libia, con la que se profundizaría la participación militar y diplomática de Estados Unidos en otro frente más contra el Estado Islámico. Estados Unidos y sus aliados están incrementando los vuelos de reconocimiento y la recopilación de inteligencia allá -y hasta está preparando para posibles ataques aéreos-.

Las fuerzas de operaciones especiales se han reunido con varias organizaciones libias en los últimos meses para aprobarlas para posibles acciones en contra del Estado Islámico. En Afganistán, comandantes estadounidense y aliados temen que la combinación de extremistas leales al Talibán, la red Haqani y el Estado Islámico esté resultando ser demasiado formidable como para que las fuerzas de seguridad afganas, todavía en apuros, puedan combatirlas por sí solas.

Estados Unidos tiene 9.800 fuerzas de combate en Afganistán. Aunque esa cifra está programada a bajar a 5.500 para cuando Obama deje el cargo en enero próximo, y funcionarios del gobierno y militares, en privado, están dando indicios de que el presidente podría volver a atrasar el retiro de tropas a finales de este año.

El teniente general John W. Nicholson, Jr., propuesto por Obama para ser el próximo comandante en Afganistán, fue consultado por el senador John McCain, presidente del Comité de los Servicios Armados. Le preguntó si creía que la situación general de la seguridad en Afganistán se estaba deteriorando en lugar de mejorar. “Señor, estoy de acuerdo con su evaluación”, dijo Nicholson. Dijo que los talibanes habían combatido a las fuerzas de seguridad afganas “más intensamente de lo que quizá hayamos previsto” y que fue inesperado el ascenso del Estado Islámico allá.

Nicholson añadió que, si el Senado lo confirma, tomaría los primeros 90 días para revisar las 2 primeras misiones en Afganistán -de contraterrorismo, y de asesoría y asistencia a las fuerzas afganas- antes de dar sus recomendaciones para los niveles de las tropas estadounidenses en ese país.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA