El Senado de Estados Unidos alejó ayer a la economía de ese país del borde del abismo al alcanzar un acuerdo que podría poner punto final al cierre del gobierno federal y evitar un default selectivo potencialmente catastrófico.
Por 81 votos a 18, el Senado aprobó un texto que eleva el límite de la deuda estadounidense hasta el 7 de febrero y permite la reapertura del gobierno federal, cerrando así varias semanas de preocupante parálisis en la capital estadounidense.
El texto también permite la reapertura del Estado federal, parcialmente paralizado desde el 1 de octubre, hasta el 15 de enero. Asimismo, prevé la convocatoria de una comisión para negociar un presupuesto para el año fiscal 2014.
El proyecto fue enviado anoche a la Cámara de Representantes, que debía votarlo de inmediato y enviar el texto al presidente, Barack Obama, para su promulgación.
Recuperar la confianza
De acuerdo con Obama, la clase política tiene por delante el desafío de "recuperar” la confianza de los estadounidenses, y afirmó que es necesario cesar de gobernar “de crisis en crisis”.
“Una vez que este acuerdo llegue a mi mesa, lo firmaré de inmediato. Y comenzará a reabrir el gobierno inmediatamente”, dijo Obama en su breve declaración.
Obama aseguró que estaba listo para continuar trabajando tanto con las bancadas del oficialista Partido Demócrata como del opositor Partido Republicano, pero alertó que “en necesario cesar de gobernar de crisis en crisis”.
Desde el 1 de octubre, 900.000 funcionarios públicos están de licencia sin goce de sueldo a causa del cierre del gobierno federal, debido a que el Congreso no había logrado votar una ley de presupuesto 2014 antes del 1 de octubre, cuando comienza el nuevo año fiscal.
En algunos organismos, como la Agencia de Protección Ambiental (EPA), el 95% del personal estaba en desempleo técnico.
“Bloquear el acuerdo bipartito obtenido hoy (por ayer) por los miembros del Senado no es nuestra estrategia”, dijo el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, y prometió seguir combatiendo “la catástrofe que representa la ley de reforma de la salud”, promulgada por el presidente Barack Obama en 2010 y refrendada por la Corte Suprema .
Los fondos para financiar esa reforma están en el centro de un debate político que llevó a Estados Unidos al borde del default.
El Tea Party, sector ultraconservador de gran influencia en el Partido Republicano, ejerció la más férrea oposición a las iniciativas de presupuesto de la Casa Blanca.
El Tesoro señaló al 17 de octubre como fecha límite para la aplicación de las “medidas extraordinarias” que permitieron al país funcionar tras superar su techo de endeudamiento en mayo. Hasta el momento, todos los medios de prensa establecían como fecha límite para aprobar el incremento del límite de endeudamiento la medianoche de ayer, pero la Casa Blanca explicó que ese plazo es en realidad la noche de hoy jueves.
EEUU nunca entró en default en su historia. Una pérdida de confianza en la capacidad del país para honrar sus deudas podría poner en juego la suerte del dólar, moneda de reserva mundial, y la de los bonos del Tesoro, colocaciones consideradas como las más seguras del planeta.
Impacto en la economía
La Reserva Federal señaló ayer en su informe de coyuntura, conocido como “Libro Beige”, que existe una “creciente incertidumbre” en empresas y medios de negocios por la falta de acuerdo en el Congreso.
El cierre parcial del gobierno quitó U$S 24.000 millones a la economía estadounidense y repercutirá en el PBI en el 4° trimestre, con un impacto de 0,6 punto porcentual, con un crecimiento de 2% para el período octubre-diciembre, dijo la calificadora Standard & Poor’s.
S&P advirtió de la posibilidad de más daños si la batalla en torno al presupuesto se reanuda en enero. El martes, la agencia Fitch anunció que consideraba bajar la nota de la deuda de EEUU, actualmente la mejor posible (AAA).
En 2011, durante una crisis similar, un acuerdo político de último momento fue aprobado por el Congreso a horas apenas del plazo límite.
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