Educación, contenidos y objetivos

La ciudad de San Miguel de Tucumán fue sede, días pasados, de una reunión de ministros de Educación de todo el país, cuyo objetivo esencial fue el de delinear los contenidos básicos para el aprendizaje de la escuela secundaria. Si nos atenemos a las declaraciones de los funcionarios, la iniciativa es por demás interesante en razón de que se asegura que se trabajará sobre "qué cosas tienen que aprender los chicos para tener una formación competente, ser ciudadanos, poder aspirar a estudiar en el nivel superior e incorporarse al mundo del trabajo".

Sin embargo, esas buenas intenciones suelen darse de bruces con la realidad posterior, en razón de que, por diversas razones y en un afán de mostrar números positivos, se prioriza la contención del alumno o el porcentaje de egresados por sobre la calidad educativa.

En las distintas gestiones gubernamentales se ha hecho hincapié en la necesidad de mejorar el área educativa. El viejo sistema de educación primaria y secundaria fue modificado en 1997 por el denominado Polimodal, aduciendo que el cambio se producía porque el sistema educativo se encontraba en una "crisis terminal". Sin embargo, una década más tarde se retornó a aquella modalidad descartada porque en ese tiempo la educación no sólo no mejoró, sino que empeoró. Una situación similar se produjo con el sistema de calificaciones. Se había dejado de lado la calificación por números para pasar a aplicar el "alcanzó o no alcanzó" o "superó o no superó" los objetivos. Pero, al no dar resultados, se volvió al sistema numérico.

Se trata de avances y retrocesos que no lograron modificar la problemática de fondo como es la calidad educativa, priorizándose la inserción y permanencia en el sistema, dejando para un segundo plano los contenidos de la educación, la revalorización del docente, el respeto a la autoridad y la urgente necesidad de alcanzar una educación acorde con un proyecto de país.
Las estadísticas son por demás contundentes. La Argentina se encuentra en un 25 por ciento por debajo de las naciones avanzadas en lo relativo a la calidad educativa y las evaluaciones determinan que es el país que más empeoró sus niveles de calidad en la última década. En la comparación con otros países de Iberoamérica, en la última medición se ubicó en el puesto 11, entre 18 países y por debajo del promedio de la región.

Las cifras también resultan inquietantes cuando se hace la comparación entre educación pública y privada. A pesar de que el bajo nivel de calidad educativa alcanza tanto a uno como a otro sector, la educación privada tiene un mayor nivel de aceptación en el momento de decidir por parte de los padres. Entre 2002 y 2010 bajó un 7,3 por ciento el número de niños en escuelas primarias públicas y creció un 19,9 por ciento de los que decidieron sumarse a los colegios privados.

Frente a ese marco de situación, es de esperar que la iniciativa de los ministros de Educación alcance las metas establecidas. Se afirma que se fijarán objetivos básicos que deben dictarse obligatoriamente en materias como Matemáticas, Lengua, Física, Química, Historia, Geografía, Formación Ciudadana, Educación Física y Artística y, a partir de allí surgirá una segunda etapa que se referirá a la orientación del colegio, como por ejemplo si será turismo, ciencias sociales, agrotécnica, etc.

Es de esperar entonces que esas buenas intenciones alcancen los objetivos trazados. Porque, tal como sucedió en las últimas décadas, necesidades "políticas" de mostrar números positivos, dejaron de lado la principal meta que se debe alcanzar en la materia: la de la calidad educativa.