Hace 12 años, Mario Stradella replicó un sistema constructivo del norte de Estados Unidos y lo trajo a la provincia, cuando la construcción en seco era algo incipiente en el país. Desde entonces, New Panel ha concretado más de mil proyectos, desde Bolivia a Tierra del Fuego. Su hijo Eduardo, al frente hoy de la empresa, cuenta que a partir de agosto la gente volvió a considerar la inversión inmobiliaria como un resguardo de sus ahorros y que están por lanzar, antes de fines de 2019, un desarrollo con montaje en un día.
- ¿Qué es New Panel?
- Somos fabricantes, desarrolladores y comercializadores de un sistema constructivo que es americano y nació en el norte de Estados Unidos hace ya unos 70 años. Cuando empezamos, evaluamos los sistemas constructivos que había en el mercado internacional y analizamos cuáles eran factibles de traer, de acuerdo a tres factores. Primero, nos aseguramos que pudiéramos montar la fábrica con fondos propios, porque es una empresa familiar.
En segundo lugar, consideramos que pudiera ser legalizado en la Argentina. Eso nos permitió ampliar el mercado, porque pudimos apuntar a un crédito inmobiliario y de esa manera competimos directamente con el ladrillo. El tercer punto era que fuera fácil de montar, simple, para poder capacitar a un albañil para trabajar con un sistema industrializado.
Además, obviamente, nos ocupados de analizar cualitativamente el sistema constructivo, que, de acuerdo a lo que hemos visto, es el más polivalente y completo del mercado.
-¿Qué características tiene el sistema?
- Es muy rápido de ejecutar. Bajamos en dos tercios los tiempos de obra con respecto a la construcción tradicional. Si una casa en ladrillo tarda 12 meses, nosotros la podemos ejecutar entre 3 y 4 meses. Por otro lado, es un sistema liviano y flexible, mucho más resistente ante un terremoto fuerte, vientos y tornados. Los sistemas en seco, al ser livianos, tienen cierta debilidad en ese sentido.
Trabajamos con un aislante térmico y acústico que es espuma de poliuretano inyectada a presión, el mismo del freezer de las heladeras. Como la temperatura no se pierde, es muy fácil calefaccionar y refrigerar, lo que permite un ahorro energético de hasta 62%.
-¿Cuánto cuesta el metro cuadrado de construcción?
- Entre 700 y 1.100 dólares, según qué tipo de casa sea. Si es una para clase alta, en un barrio cerrado, va a estar alrededor de los mil dólares. Si estamos hablando de una casa de clase media, alrededor de 800 a 850 dólares. Lista para entrar a vivir.
-Cuando empezaron, los sistemas alternativos al ladrillo no eran bien vistos. ¿Cómo lograron instalarse como una opción?
-El gran problema que teníamos es que estábamos prácticamente solos en el país en aquel momento. Trabajamos mucho para separarnos de las tradicionales prefabricadas, que tenían mal marketing. Después ofrecimos charlas en colegios técnicos, en universidades y en el Colegio de Arquitectos.
También hicimos un trabajo lento, que fue visitar a todos los técnicos municipales, de los 18 municipios, para enseñarles cómo era el sistema constructivo y lograr la aprobación. En Mendoza, a diferencia del resto del país, cada municipio tiene su propia normativa.
- ¿Cuál ha sido para ustedes el impacto de la crisis?
- Hemos tenido que reestructurarnos debido a la caída sustancial de las ventas. El sector de la construcción ha sido muy golpeado, pero los augurios son muy buenos porque ya se frenó la especulación financiera en la Argentina. De hecho, agosto fue un mes increíblemente bueno, atípico en ventas, porque mucha gente vino a resguardarse en la inversión inmobiliaria. Sacó sus ahorros de la especulación y dijo “prefiero ganar menos pero ganar seguro”.
Agosto y setiembre fueron positivos. Es clave que nuestros clientes pueden hacer acopio de materiales. Entonces van comprando y cuando se termina el proyecto se hace un cruce del material real que se necesita, con el que tienen acopiado.