Fue director del Teatro General San Martín y una pieza clave de la escena nacional. Dirigió y escribió más de 50 obras, entre ellas muchas que dejaron huella, como "Volvió una noche" y "Noche de ronda".
La muerte de Eduardo Rovner, a los 76 años, tiñe de luto al mundo del teatro y las letras. Falleció en el Hospital Municipal de Pinamar, donde había sido trasladado desde Cariló, a raíz de un ACV que se complicó por sus antecedentes cardíacos.
Además de escritor y director, también se formó como ingeniero electrónico (egresado de la UBA), psicólogo social y violinista. Rovner sabía de música, de psicología, de teatro, de todo. La noticia de su muerte fue confirmada por Argentores.
Tuvo múltiples reconocimientos por su tarea como el Premio Casa de las Américas entre otros muchos. Con destacada presencia internacional, participó, entre otros, en seminarios y conferencias en la Universidad de la Sorbona de París, el Festival Nine Gates de Praga, la Feria del Libro de Guadalajara, y el Congreso de Teatro Latinoamericano en la Universidad de Kansas.
A principios del año pasado, a propósito de la presentación de "La mosca blanca", una de sus obras emblemáticas, Rovner reflexionó: "No existe pasar la vida sin heridas. Hay heridas políticas, sociales, psicológicas, familiares, económicas, de todo tipo. Y cuando yo descubrí el orgullo de estar herido, que vivir con cicatrices forma parta de que uno ha vivido, es que la obra terminó de tomar cuerpo en mí".
Rovner trabajaba sin pausa, le gustaba tener varios proyectos al mismo tiempo. Como parte de la "generación de 1984", que integró junto a Mauricio Kartún, entre otros, reflejó en sus textos dramáticos, al decir de los especialistas, "una gran ironía, porque la escena es una metáfora de una sociedad que parece no tener remedio".