A través de la asistencia humanitaria y la cooperación internacional, la Argentina acredita una impronta en el mundo que se traduce en múltiples operativos de auxilio a naciones que hayan sufrido contratiempos por desastres naturales o situaciones derivadas de penurias en la salud de la población.
Esta forma de proceder, que es una marca acreditada en todos los distintos gobiernos de turno sean del signo político que fueran, se verá afirmada a partir de ahora con el lanzamiento de la Agencia Argentina de Cooperación Internacional y Asistencia Humanitaria-Cascos Blancos (ACIAH).
La última intervención de ayuda humanitaria se ha realizado hace unos días con Cuba por beneficiaria, como respuesta a la solicitud del país caribeño que padeció consecuencias sanitarias derivadas del devastador incendio ocurrido en la zona industrial Matanzas, una ciudad portuaria a 100 kilómetros al Este de La Habana.
Con ese destino partió por vía aérea una carga de donaciones argentinas, compuesta por más de 2.7 toneladas de insumos sanitarios, y posteriormente se concretaron otros dos envíos más.
De esta forma, luego de que la Embajada de Cuba en Buenos Aires formulara el pedido de auxilio, la Agencia Argentina de Cooperación Internacional y Asistencia Humanitaria Cascos Blancos inició los procedimientos correspondientes ante las diversas entidades públicas y privadas para efectuar el traslado de las donaciones requeridas por el gobierno de La Habana.
Entre otros insumos se envió 10 mil guantes; 500 mamelucos con capucha; 2.400 kits de camisolines, cofias y botas; 3 mil camisolines con puño; 20 mil barbijos tricapa; 10 mil barbijos KN95; 50 termómetros infrarrojos; mil delantales plásticos descartables y 200 máscaras protectoras faciales, que conformaron más de 800 kilos de mercadería.
Por su parte, el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires se unió al operativo disponiendo la remisión de otros artículos, hasta completar una carga final de unas siete toneladas de elementos por un valor aproximado a los 55 mil dólares.
Al operativo que se ha realizado recientemente en apoyo de Cuba, debe añadirse las misiones solidarias en Angola, Mozambique, Haití y Siria, país este último donde hay una guerra civil que se extiende en el tiempo.
En tanto, en el último conflicto armado europeo, motivado por la invasión rusa en en suelo de Ucrania, Cascos Blancos estableció los canales de contacto y asistencia permanente con los ciudadanos del país invadido.
Estos son algunos de los hitos que podemos mencionar para subrayar el reconocimiento al trabajo de los hombres y mujeres de Cascos Blancos y a quienes desarrollan la estrategia de la cooperación internacional.
En el mismo sentido debe mencionarse las acciones llevadas a cabo durante los casi treinta años de existencia del Fondo de Cooperación Argentino (FO-AR) y de la Comisión Cascos Blancos.
Además, debe resaltarse a esta última organización, una tradición argentina que valora y promueve desde 1994 la ayuda humanitaria dentro y fuera del país en distintos escenarios de riesgo y emergencias.
