Recientes estudios de la DGE revelaron que el 45% de los alumnos críticos mejoró la fluidez lectora en Mendoza.
Es el resultado que se obtuvo del primer Censo de Fluidez Lectora del año, efectuado sobre un universo de 300.000 estudiantes, que en general dio un avance del 14% respecto a la medición de 2022.
Obviamente, que ese tanto por ciento alcanzado es bajo aún, pero los educadores y los padres de los alumnos tienen la confianza de que es una marca que se podrá ir superando.
Inclusive, los datos fueron más significativos cuando se escuchó leer a los escolares con desempeño crítico: en este sector el avance llegó al 45%.
La mejora en la alfabetización de los estudiantes mendocinos debe ser celebrada por la comunidad.
“Si analizamos particularmente los estudiantes con desempeño crítico en 2022, la mejora es del 45%. Esto es un logro significativo para el sistema educativo y para nuestros estudiantes. Queremos agradecer a los docentes, directores y estudiantes por el esfuerzo realizado”, indicó el gobernador de la Provincia, Rodolfo Suárez al comentar la noticia.
También debe señalarse que hubo una mejora del 25% en los chicos de tercer grado y, si se concentra la atención en los cursantes con desempeño crítico de ese curso, la mejora aumenta al 40%.
Este cuadro de situación tal vez no se encuentre entre las principales prioridades de una administración, por las urgencias de orden económico-financiero que suelen abrumar a un gobierno en el actual contexto, pero el hecho tiene una gravitación indudable en la formación de niños y adolescentes, que entre otras tantas actividades también serán la base de los futuros elencos de empleados y funcionarios de las oficinas públicas.
Se ha criticado en más de una oportunidad fallos o resoluciones judiciales mal redactadas o con falta de vocabulario, siendo una de las causas de estas imprecisiones la deficiente formación en la lectura de los actuantes de esos escritos.
Asimismo, se ha asociado a los malos exámenes de ingreso en la universidad pública con el tiempo que no se utilizó debidamente en afianzar la lectura y la correcta utilización de la ortografía y la sintaxis.
Esta medición que estamos comentando, es la primera de tres que se harán en 2023, tomó como foco a los alumnos de tercero y sexto grado de primaria y de primer año de secundaria.
El desafío entonces es seguir aumentando el rendimiento en la lectura pura y simple de los textos y la comprensión de lo que se lee. Hay que recordar que cuando se arrancó con este tipo de evaluaciones, en 2021, las autoridades se encontraron con que muchos alumnos llegaban al segundario sin saber leer.
Ahora, cada vez se consigue un poco más que haya comprensión en la cadencia de la lectura, esto es, que el chico entienda lo que está leyendo.
Esta experiencia de Mendoza, como uno de los primeros estados argentinos que mide la lectura de sus educandos, debe ser mantenida y continuada en el tiempo.
Los logros en la materia aún no son rotundos, pero evidencian señales de mejora.
También es necesario el estímulo por la lectura en el hogar, a sabiendas de que en ese ámbito se compite con dos sistemas que alejan a los más chicos de libros, revistas y diarios, que son las computadoras de las casas y sus absorbentes juegos electrónicos y la propia televisión.