Recientemente, el gobierno provincial hizo, a través del Ministerio de Economía, una nueva convocatoria a las cámaras que representan a las distintas actividades privadas locales para preparar el lanzamiento del programa Mendoza Activa, en su segunda etapa.
Debe tenerse en cuenta que se trata de un plan que facilita la presentación de proyectos de inversión para los sectores de la producción, en sus distintos rubros, con la aplicación de una devolución del dinero calculado para cada emprendimiento hasta un 40%.
Esta ampliación del programa alienta esperanzas de buena consecución en las autoridades del área económica de la provincia.
En esta nueva etapa el Gobierno de Mendoza plantea la posibilidad de una baja de 50% de la alícuota de Ingresos Brutos para la asistencia a sectores afectados por la crisis derivada de la pandemia, entre otros detalles.
Con la primera etapa del plan de acción, que tuvo aprobación legislativa previa, sectores como la agricultura, la industria, la construcción, el comercio y los servicios en general estuvieron en condiciones de hacer frente a las limitaciones que impuso la rigidez de la extensa cuarentena dispuesta por la Nación.
Decíamos del aval legislativo que tuvo el proyecto del Gobierno. En efecto, la aprobación del plan Mendoza Activa fue, el año pasado, prácticamente unánime en las dos cámaras, producto del interés puesto por los diputados y senadores del oficialismo y el respaldo que dio mayoritariamente la oposición, que, en algunos casos, como ocurre específicamente con el justicialismo, conduce varias intendencias de la provincia también interesadas en el empuje que puedan obtener los sectores productivos afines.
Es que los problemas que generó la pandemia alcanzan a todos los ámbitos políticos y sociales, sin distinción de ideologías.
Cabe señalar, además, que uno de los principales objetivos de Mendoza Activa fue la generación de empleo.
La falta de trabajo genuino es una de las cuentas pendientes de la dirigencia en general a través de los años, pero, como es sabido, en el caso puntual del año 2020 el problema se vio fuertemente agravado por el cierre de actividades.
Por ello en esta nueva etapa de Mendoza Activa desde el Ejecutivo pretenden que las inversiones actuales, enmarcadas en la primera parte del programa, se sumen a otras iniciativas que no sólo garanticen el empuje que requiere la economía local ante el difícil contexto vivido, sino que permitan generar trabajo estable, a largo plazo.
Además, en Mendoza, cabe señalarlo, el gobierno tuvo la buena mirada de buscar flexibilizar las restricciones económicas bastante antes que otras provincias.
Y también el acierto político de convencer de sus propuestas a las autoridades nacionales.
La misma postura fue expresada recientemente, cuando el gobernador Rodolfo Suárez sugirió, con éxito, al presidente Fernández no volver a cerrar la economía pese al rebrote pandémico de este verano.
En síntesis, la pujanza de los mendocinos ha quedado demostrada a través del tiempo, casi siempre para sortear situaciones difíciles y muy comprometedoras, en todos los ámbitos, no sólo en el económico.
La fuerza de tracción de la segunda etapa de Mendoza Activa apunta a consolidar ese empuje. Es de esperar que logre todos los objetivos que se ha propuesto.