El departamento de Lavalle es una zona de Mendoza donde lugareños y visitantes pueden encontrar sitios con atractivos naturales de inigualable belleza. Paisajes del desierto donde es posible disfrutar el original concierto del viento conjugándose con los sonidos de una rica avifauna.
Lugares como la Reserva Natural Bosque Telteca o los puestos de los pueblos del secano, como Asunción, El Cavadito, los Altos Limpios y Lagunas del Rosario, donde la naturaleza se enseñorea con distintas expresiones. Lugares que nos remiten a la biodiversidad y al ambiente pleno.
Por eso, preocupa y llama la atención que en la actualidad haya muchos sectores de la geografía del departamento que han sido declarados en "emergencia ambiental" por el crecimiento desproporcionado de basurales a cielo abierto. Se contabilizan por lo menos once espacios donde individuos sin conciencia ambiental están arrojando desperdicios.
Los basureros no autorizados se ubican en las calles El Carmen (Villa Tulumaya), Morón (Costa de Araujo), Guardia y Calle Pública N° II frente a la Unidad de Diagnóstico Intensivo (UDI) (Costa de Araujo),Palomares y Montenegro (El Vergel), Quiroga (Jocolí), Roque Montenegro y Villalobos (Jocolí Viejo), Del Arenal (La Palmera), Montenegro (El Paramillo) y El Carmen (El Carmen). También en el barrio República del Perú (Villa Tulumaya) y en San José (cerca de una escuela albergue).
Desde la comuna se implementaron medidas conducentes a erradicar estos focos de contaminación y evitar la que surjan nuevos depósitos. Una de las primeras acciones debería ser la rápida erradicación de los basurales utilizando camiones y personal de la repartición, un trabajo que probablemente demandará muchas jornadas.
También se promete la colocación de cartelería con las clásicas leyendas de 'Prohibido tirar basura', en las ubicaciones de los basurales a cielo abierto. Sabemos que muchos no hacen caso de estas advertencias.
Otra gestión que deberá encararse es la vigilancia de los lugares que han sido elegidos por los desaprensivos para desprenderse de los desperdicios de diverso origen: sólidos urbanos, escombros, desechos industriales, farmacéuticos o patológicos, entre otros.
Se admite que impedir que se vuelva a arrojar basura es complicado de cumplir porque los infractores se aprovechan de horarios nocturnos y además porque algunos de los sitios utilizados como basurales se encuentran en áreas descampadas y en general de poco tránsito de personas. Aunque también hay descargas en terrenos baldíos y/o improductivos cercanos a barrios y zonas urbanas habitadas.
También resultarán útiles, aunque no autosuficientes, las campañas de difusión, a fin de concientizar a la población respecto a los perjuicios de arrojar basura y/o escombros en áreas no autorizadas.
Como se ve una situación que se ha visto desbordada en cuanto a la cantidad de basurales y que el habitante de la región espera ver desarticulada en el menor tiempo posible.
Es cierto que la extensión del territorio lavallino genera grandes problemas al municipio en lo referido a la recolección de la basura domiciliaria, ya que el personal y los vehículos asignados deben cubrir grandes distancias para prestar el servicio. El otro problema detectado es que los puntos de descarga ilegales son utilizados por vecinos de zonas aledañas, quienes prefieren personalmente a arrojar sus residuos, desde un envoltorio de alimentos hasta restos de la construcción y las industrias.
La Municipalidad de Lavalle tendrá que ponerse firme para erradicar este problema ambiental, que inclusive conlleva el riesgo de incendios en zonas descampadas porque en algunas oportunidades los desconocidos queman los residuos, causando una gran amenaza y peligro no sólo al ambiente -suelo y espacio aéreo-, sino también a los habitantes ante los olores nauseabundos que se generan ante dichas quemas.