Mendoza se caracterizó en el pasado por tener una red de rutas que era considerada aceptable con aspiraciones a mejorar, tanto de origen provincial como nacional, pero en el presente muchos son los problemas que presentan los caminos que recorren el territorio.
Un inspirado periodista que Los Andes tuvo en su sección Opinión, Gabriel Bustos Herrera, fallecido en 2012, soñaba y lo expresaba en sus comentarios editoriales, con una Argentina comunicada por verdaderas autopistas inteligentes, progreso que por supuesto pedía también se concretara en nuestra provincia.
La necesidad del desplazamiento de las personas y el transporte de las mercaderías e insumos por vías de comunicación seguras, era la meta que el redactor que evocamos promovía.
En la actualidad, Mendoza dispone de un buen trazado de caminos internos, de los que conducen por los circuitos productivos y de otros que vinculan el territorio con las provincias vecinas, y por el oeste un corredor bioceánico que nos lleva y nos trae de la vecina República de Chile.
Los retrasos en ejecuciones viales o suspensión de obras por el desfinanciamiento de fondos nacionales están perjudicando y mucho a nuestra provincia.
Caso testigo es la paralización de los puentes colapsados durante tormentas en febrero de 2020 y en el mismo mes de 2021, en la ruta nacional 40, en Anchoris (Luján de Cuyo). Un técnico vial debería explicar si el ‘freno’ aplicado a estas construcciones, de prolongarse, puede afectar a la construcción ya ejecutada.
La paralización de trabajos también perjudica a la doble vía a San Juan por la trama de la ruta 40, una aspiración que espera concretarse de hace décadas.
Lo mismo ocurre con la variante Palmira-Agrelo, de 37 km, proyectada como una alternativa a la ruta nacional 7, que permitirá sacar del Acceso Sur, principalmente en el tramo monumento al Cóndor-ciudad de Luján de Cuyo, el intenso tráfico de camiones de carga internacional, todos de gran porte y peso. Este uso intenso de rodados ha dañado severamente la carpeta asfáltica en parte de los 20 kilómetros del segmento referido.
También se encuentra en modo “neutralización” la refuncionalización del Túnel Caracoles, como alternativa al paso Cristo Redentor, que registra apenas un avance total de 1,60%.
Por si lo descripto fuera poco, la obra más importante de la provincia en el Gran Mendoza, el nuevo trazado de la ruta provincial 82-Panamericana, avanza con paso lento. La segunda etapa en ejecución difícilmente pueda inaugurarse antes de que finalice el año en curso. Las demoras de este gran trabajo de ingeniería –doble vía y portentosos puentes- son los problemas en el abastecimiento de asfalto, según una versión.
Buenos ejemplos de desarrollo vial, a cargo de la Dirección Provincial de Vialidad, son la repavimentación de la ruta provincial 99, más conocida como el circuito de Papagayos, en el área de capital, y las mejoras introducidas en la ruta (N° 52) a Villavicencio.
En el sur provincial, es de esperar que la DPV pueda continuar con los trabajos de conservación de la ruta provincial 220, en El Sosneado. Se trata de un camino agreste y de suelo natural visitado por el turismo nacional y extranjero.
En materia de prevenciones ponemos a consideración si el paso de carga pesada por el coronamiento del dique Cipolletti (traza de la ruta provincial 87) está bajo control y no se cometen excesos en ese paso.
La provincia, con sus autoridades y legisladores, se debe poner firme en exigir a la Nación los auxilios necesarios para terminar las obras viales en marcha. Por el crecimiento propio de la región y para reducir drásticamente la tasa de siniestralidad en nuestros caminos.
