Otro oportuno llamado a la sensatez política

Resta un largo trecho hasta las elecciones presidenciales de octubre, con la posibilidad de que la definición se deba realizar en segunda vuelta en noviembre. En ese marco, el actual clima de acusaciones y descalificaciones entre personajes del oficialismo y el Gobierno y candidatos de la oposición sólo confunde más a la gente y alienta la confrontación estéril.

Monseñor Ojea (Conferencia Episcopal) y Jorge Knoblovits (DAIA)
Monseñor Ojea (Conferencia Episcopal) y Jorge Knoblovits (DAIA)

Organizaciones religiosas de nuestro país expresaron recientemente, a través de un extenso documento, el deseo de que la dirigencia política agote instancias de diálogo y búsqueda de acuerdos en medio de la crisis económica y social que afecta a la Argentina. El pedido toma relevancia por encontrarse el país atravesando un tenso proceso electoral.

La emisión del llamado estuvo a cargo de la Conferencia Episcopal Argentina, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas, el Seminario Rabínico Latinoamericano, el Centro Islámico de la República Argentina y la Alianza Cristina de Iglesias Evangélicas de la Argentina, entre otras organizaciones y cultos.

Entienden las organizaciones de culto que la agencia política “debe comenzar por la escucha atenta de la realidad. Un resultado electoral es un mensaje profundo que nos convoca a la reflexión y nos compromete con el bien de nuestro pueblo”.

En ese marco, destaca el escrito que “preocupa la falta alarmante de diálogo entre las diferentes corrientes políticas y de éstas con la sociedad, como las PASO han puesto de manifiesto. No hay país posible sin diálogo. Y no hay diálogo con insultos, gritos y descalificaciones del que piensa distinto”. Y remarcan con una reflexión religiosa: “Dios no cambia el destino de la gente si esta no cambia lo que hay en su corazón”.

A través del escrito, los líderes religiosos manifiestan que las actuales tensiones, generalizadas, pueden amenazar la cohesión como sociedad. Por ello se comprometen a “fomentar un diálogo basado en el respeto, la sinceridad y la búsqueda constante de soluciones, con la voluntad de escuchar y encontrar puntos de convergencia”. Además reafirman el “respeto absoluto por la Constitución Nacional como el marco que guía nuestras acciones y decisiones”.

Esta postura a favor de la conciliación social no es nueva por parte de las organizaciones de culto de nuestro país. Pero en esta oportunidad resultan sumamente oportunas en virtud de la tensión social reinante, ya que al drama de millones de argentinos golpeados por la pobreza se le debe sumar en los últimos días la acechanza de la violencia a través de los robos y saqueos a comercios. El fantasma de convulsiones anteriores similares vuelve a sobrevolar.

Esta convulsión, precisamente, es la que obliga a las autoridades a adoptar una actitud firme. Por un lado, haciendo respetar la vigencia de la ley en lo referente al sostén del orden público, pero, sobre todo, llamando a la mesura discursiva a los políticos y candidatos en general, ya que la angustia extrema de millones de personas a raíz de la situación de pobreza merece y debe ser contenida.

El hartazgo por años de promesas incumplidas ha conducido a la sociedad en su conjunto a una actitud generalizada de indiferencia e incredulidad en sus dirigentes, que se manifestó mayormente en la baja asistencia a votar en las distintas convocatorias provinciales y nacionales realizadas durante este año.

Resta un largo trecho hasta las elecciones presidenciales de octubre, con la posibilidad de que la definición se deba realizar en segunda vuelta en noviembre. En ese marco, el actual clima de acusaciones y descalificaciones entre personajes del oficialismo y el Gobierno y candidatos de la oposición sólo confunde más a la gente y alienta la confrontación estéril.

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