Opaca incorporación de personal al Estado

Afip fue el organismo estatal que más aumentó su personal en el último año, pero no el único. En el segundo lugar de la lista se ubicó Aerolíneas Argentinas, que sumó 439 empleados, y tercero quedó el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), que tomó 326 personas.

Empleo público: botín de guerra
Empleo público: botín de guerra

Entre julio de 2022 y mayo de 2023, la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) incorporó 1.379 nuevos empleados, según el informe sobre dotación de personal de la administración pública realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Eso representa un promedio de 125 ingresos por mes. Como la Afip está en todo el país, suponiendo que se hayan distribuido equitativamente entre las 24 jurisdicciones, cada una de ellas habría sumado unos cinco nuevos empleados por mes.

La pregunta clave que surge en estos casos, pero no la única, es si todos ellos eran igualmente necesarios para mejorar la eficiencia del organismo. Otra pregunta que resulta pertinente es sobre las competencias de los seleccionados. ¿Todos ellos cuentan con el conocimiento requerido en las funciones para las que fueron designados?

Como en la administración pública nacional no suele haber llamados a concurso para el ingreso de nuevo personal, no es ilógico que los nombramientos queden bajo sospecha. Más aún cuando se observa un ritmo como el descripto.

En los medios de comunicación, cada tanto, la creación de unos pocos puestos de trabajo en el sector privado se convierte en noticia porque la empresa en cuestión no consigue cubrirlos con personas idóneas o porque la cantidad de personas que se presentan a las entrevistas sobrepasa las expectativas.

De ello se puede inferir que si un organismo público hubiera convocado a la ciudadanía para ocupar casi 1.400 puestos, los medios habríamos cubierto los días habilitados para la inscripción, por la altísima concurrencia que se habría generado.

Nada de esto sucedió. En esa opacidad germinan todas las sospechas sobre los nombramientos en el Estado. El sentido común termina vinculándolos con redes de contactos asociados a los funcionarios políticos de turno.

Afip fue el organismo estatal que más aumentó su personal en el último año, pero no el único. En el segundo lugar de la lista se ubicó Aerolíneas Argentinas, que sumó 439 empleados, y tercero quedó el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), que tomó 326 personas.

En los ministerios nacionales, también hubo una importante suba de la cantidad de empleados: Salud incorporó 975 personas, y Economía, 892. Estos últimos corresponderían casi por completo a la gestión de Sergio Massa, quien asumió a comienzos de agosto. ¿Tan desprovistos de personal estaban estos ministerios como para necesitar algo más de 80 nuevos empleados por mes durante 11 meses consecutivos?

En el otro extremo, se posicionaron Correo Argentino, que perdió 742 empleados; la Operadora Ferroviaria, que redujo su planta en 310 puestos de trabajo, y el Pami, que tiene 85 trabajadores menos que hace un año.

Con todo, lo más sorprendente es que en el período analizado, en términos absolutos, el Estado redujo su personal en casi dos mil personas. Cabe conjeturar que mientras algunas oficinas hicieron un ajuste racional de su personal y del consiguiente presupuesto, otras reparticiones actuaron en el sentido contrario.

Estos hábitos de la política abonan la desconfianza de la sociedad en la probidad de las incorporaciones al Estado.

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