Obra esperada, el rescate de la bodega Arizu

Por fin y tras veinte años de abandono, el Estado municipal ha iniciado la recuperación y puesta en valor de la histórica Bodega Arizu, en Minuzzi y avenida San Martín, Godoy Cruz. En un determinado momento de un pasado reciente, el complejo estuvo a punto de ser demolido para dar paso a un hipermercado.

Obra esperada, el rescate de la bodega Arizu
En un determinado momento de un pasado reciente, el complejo estuvo a punto de ser demolido para dar paso a un hipermercado.

Decía hace algunos años el arquitecto porteño y miembro de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, Carlos Moreno, en visita a nuestra provincia; “Los edificios se pueden caer por rajaduras o deterioros, pero más se caen por falta de afecto”.

Tomamos ese concepto del especialista para congratularnos con el salvataje que el municipio de Godoy Cruz ha iniciado sobre partes componentes de la gran Bodega Arizu, uno de los principales inmuebles históricos del departamento y de la provincia, fundada por el navarrino Balbino Arizu, en 1883, año en que nacía Los Andes.

La municipalidad invertirá 90 millones de pesos para refuncionalizar en 13 meses unos 3.500 m2 edificados, que estuvieron abandonados las últimas 2 décadas (entre 1998 y 2018.

En un determinado momento y con posterioridad a que el establecimiento hubiese terminado su ciclo industrial, el complejo estuvo a punto de desaparecer. Al ser declarada la bodega Monumento Histórico Nacional en1998, se frenó su demolición, paso previo a la pretendida construcción de un hipermercado.

Esos malos momentos pasaron. Hubo por entonces una activa movilización de vecinos y profesionales patrimonialistas para evitar la pérdida del bien cultural y arquitectónico, pero las instalaciones que ocupan una manzana quedaron abandonadas y en franco deterioro.

El plan es refuncionalizar 3.500 m2 de naves que tienen un alto valor arquitectónico y desarrollar en ese espacio un polo cultural, que contenga un museo del vino y un centro de congresos, exposiciones y eventos, con capacidad para unas 1.000 personas.

Asimismo, y a posteriori, habrá una intervención de las fachadas y las veredas del conjunto, que por ahora no se han tocado.

En resumen, lo que se piensa presentar en la tradicional dirección de avenida San Martín y Minuzzi, es un centro de desarrollo que apunte a la cultura, al valor del vino y a las industrias creativas y audiovisuales.

El emprendimiento en marcha significará, sin dudas, un progreso para la zona donde está emplazado, con influencias en la cercana ciudad capital y el Gran Mendoza.

Según el director de Patrimonio de la Provincia, Horacio Chiavazza, en términos de proyecto se ha cumplido hasta ahora con los estándares exigidos por las buenas prácticas patrimoniales, y a su vez el operativo estuvo en consulta con la Dirección Nacional de Monumentos.

Por otra parte, es importante visualizar en este caso la importancia de la intervención del Estado municipal, en lo que concierne a la preservación del patrimonio, contando además con el apoyo de empresas privadas.

De no haberse procedido a la intervención de la emblemática bodega, un valioso patrimonio hubiera sido diezmado, debilitando un poco más el acervo histórico cultural local.

Los desarrollos inmobiliarios y/o comerciales son por supuesto muy importantes, pero abonamos la idea de que deben encontrar su localización en sitios donde no haya que sacrificar un vestigio del pasado provincial, como ha ocurrido en otros casos.

La única duda que tenemos es si el actual estrangulamiento de la avenida San Martín por aplicación del carril exclusivo para uso de los colectivos, complicará el desplazamientos de los concurrentes al futuro polo cultural.

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