Nuevos endeudamientos para fines poco claros

El FMI aprobó un desembolso de U$S 7.500 millones, cuyos fines deberían ser explicados en detalle por el ministro de Economía y candidato presidencial oficialista, Sergio Massa.

¿De acuerdo? El ministro Sergio Massa y la titular del FMI, Kristalina Georgieva, la semana pasada acordaron nuevas metas hasta el final del gobierno de Alberto Fernández.
¿De acuerdo? El ministro Sergio Massa y la titular del FMI, Kristalina Georgieva, la semana pasada acordaron nuevas metas hasta el final del gobierno de Alberto Fernández.

El Gobierno nacional logró nuevos financiamientos, en realidad nueva deuda, sin anunciar con claridad cuáles son los compromisos asumidos ante los organismos internacionales por los créditos aprobados.

El ministro-candidato Sergio Massa destacó esos logros, aunque volvió a distorsionar los reales objetivos que existen detrás de esos compromisos.

Al mismo tiempo, volvió a culpar al FMI por el alza del dólar oficial del 22,4%, tras la derrota en las elecciones primarias, sin aludir a las graves distorsiones generadas por las políticas oficiales.

El desembolso de U$S 7.500 millones por parte del Fondo permitirá atender la deuda generada con la Corporación Andina de Fomento (CAF) y los gobiernos de Catar y de China, que se usó para cancelar la cuota ante el FMI.

Una parte de ese desembolso –se calcula en 3.400 millones– se usará para intervenir en el mercado doméstico, que demanda dólares ante la desconfianza en las políticas públicas y la incertidumbre electoral.

Esa desconfianza se cimenta en una inflación interanual, que a julio último rondaba el 114%.

La suba de precios se desbocó este mes y se extenderá hasta septiembre, por los efectos de una devaluación que carecía de otras medidas para morigerarla, como una contención del gasto público y de la emisión monetaria.

Analistas y consultoras prevén que en agosto y en septiembre la inflación mensual será de dos dígitos, lo que agrava las condiciones de vida de millones de argentinos.

La adenda al acuerdo con el FMI incluye nuevas metas de acumulación de reservas, de contención del gasto primario y de emisión monetaria, que Massa no expuso aún en detalle.

El discurso del ministro-candidato sólo puede servir para calmar las expectativas de sus votantes, pero no constituye un sendero de credibilidad para solucionar los graves problemas que tiene la Argentina.

Del mismo modo, los créditos por 1.350 millones obtenidos del Banco Mundial y del BID serán desembolsados hacia fin de año, en la proximidad de la asunción de un nuevo gobierno.

Es muy posible que Massa use los recursos del Banco Mundial para el llamado “plan platita”, que supone una mejora monetaria de los planes asistenciales, otorgados en función de los intereses electorales del peronismo.

También es muy factible que obvie el cumplimiento de las nuevas metas acordadas con el Fondo Monetario, una vez concretado el millonario desembolso de este mes.

La inobservancia de esos compromisos obligará a las autoridades que asuman el 10 de diciembre a solicitar un nuevo “perdón” (waiver, en su expresión en inglés) por esos incumplimientos, en particular sobre el “orden fiscal” exigido.

El FMI señaló que los objetivos anteriores no se alcanzaron por una sequía sin precedentes y por “desviaciones de las políticas” realizadas por el Gobierno argentino.

El hábil relato que pretende efectuar Massa del endeudamiento con los organismos de crédito no debería sortear la obligación primaria de toda autoridad, que es la transparencia de los actos oficiales.

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