La Biblioteca Pública General San Martín está pasando por momentos de dificultad que comprometen su pleno accionar, según lo han expresado en distintos medios de difusión los empleados de la histórica sede de la Alameda capitalina.
Esta situación de contrariedades, escollos e inconvenientes, se están produciendo justo cuando nos aprestamos a celebrar los 200 años de vida de la institución que impuso el general José de San Martín y otros ciudadanos de la primera parte del siglo XIX.
Por eso, los empleados se han expresado con corrección, a nuestro juicio, sobre el panorama actual y pidiendo gestiones que reviertan el plano inclinado en que se encuentra la entidad de calle Remedios de Escalada. Lo han hecho a través de un comunicado titulado, “La Biblioteca San Martín está en peligro”.
Sostienen que se está operando “una política de vaciamiento en contra del complejo de la Alameda por parte del Ministerio de Cultura y Turismo.
Se basan, entre otras cosas, en que la entidad no tiene actualmente director o directora y que varias de las tradicionales actividades que se hacían en el hermoso auditorio y otros ambientes, no se están efectuando. Nos referimos a talleres educativos, puestas en escena teatrales, proyecciones fílmicas y presentaciones de libros para niños y adultos; conferencias de personalidades de la cultura y charlas abiertas de distinto tipo.
Las explicaciones oficiales, en lo que concierne a la no realización de prestaciones culturales, más allá de la función diaria de ceder libros y favorecer la lectura, se sintetizan con un lacónico: “No hay presupuesto para nada”.
Los usuarios que utilizan los servicios en sala –pedido de libros y diarios- se ven favorecidos por una esmerada atención, pero es evidente que falta personal y, como se ha señalado, debe procederse a la designación del titular del organismo.
Del esmero de los dependientes dan fe muchos alumnos de niveles secundario y universitario que concurren, además de investigadores de primer nivel de las universidades y centros científicos, como el CCT-Conicet Mendoza, que realizan allí parte de sus estudios.
Da testimonio de esta situación, el periodista y escritor, ex director de Los Andes, Jorge Enrique Oviedo, quien obtuvo información para sus últimos libros, como “Los duelos en Mendoza” o “La historia del periodismo en Mendoza” en el histórico recinto. Esas obras vieron la luz tras la consulta de añejos periódicos que la sección Hemeroteca facilitó al narrador.
Asimismo, hay que prestar atención al edificio que cobija los libros. En 1955, tras funcionar en diferentes lugares, la Biblioteca (ya con el nombre de General San Martín), se instaló en sus propias instalaciones de la Alameda de la ciudad de Mendoza, en el solar que el Libertador de América adquirió para establecer su hogar. En el mismo sitio funciona el Museo Sanmartiniano, que guarda reliquias del Padre de la Patria y de su esposa Remedios.
Ese inmueble, que ya cuenta con 67 años, necesita un mantenimiento continuo y algunas reparaciones.
Entonces, la comunidad requiere, solicita, demanda que las autoridades competentes reviertan la frustrante situación en la que se encuentra la institución, considerada un faro de la cultura de la provincia, brindándole todo el apoyo posible.