Más que dólares, lo que falta es confianza

La realidad es que semana a semana, por los más diversos motivos, el Central tiene que vender dólares, en vez de comprar.

Más que dólares, lo que falta es confianza
Compra venta de dólares. Por la crisis económica y la incertidumbre por nuevas medidas.

Hace dos años, en septiembre de 2020, el Banco Central de la República Argentina emitió una norma por la que prohibió que beneficiarios de planes o programas de ayuda social, incluyendo subsidios para alimentos, pudieran comprar dólares en el mercado oficial.

Sobre el fin de la semana pasada, se supo que esa restricción ahora se aplicará a quienes hayan solicitado mantener el subsidio de energía y gas.

El Gobierno nacional, después de muchas idas y vueltas, anunció que a partir de septiembre regirán las nuevas tarifas para la luz y, en simultáneo, comenzará el nuevo esquema de subsidios.

En el país, se calcula que unos cuatro millones de hogares no se inscribieron para seguir gozando del beneficio.

Como los primeros días de cada mes, al cobrar sus haberes, un sinnúmero de personas intenta acceder a los 200 dólares que el Banco Central permite comprar mensualmente, esta nueva variante del cepo cambiario buscará aminorar la cada vez más preocupante salida de dólares del Central.

La realidad es que semana a semana, por los más diversos motivos, el Central tiene que vender dólares, en vez de comprar.

De este modo, las reservas siguen menguando y no son pocos los analistas que advierten que las cuentas ya están en rojo.

Por supuesto, los problemas de la macroeconomía repercuten en la microeconomía.

Las clases medias, acostumbradas a ahorrar aunque más no sea una ínfima parte de sus ingresos para distintos objetivos, hoy no cuentan con ninguna opción.

La inflación ha vuelto un sinsentido ahorrar en nuestra propia moneda.

Las tasas de interés que ofrecen los bancos para quienes suscriben un plazo fijo han subido en las últimas semanas, pero siguen siendo negativas, o sea que pierden contra la inflación.

Los depósitos pactados en unidades de valor adquisitivo (UVA) permiten conservar el valor de la moneda, pero no están en el imaginario de la gente, que, además, tiene una percepción negativa del sistema UVA.

Acostumbrados a gobiernos imprevisibles que modifican constantemente y de manera irreflexiva las reglas de juego para intentar controlar las variables económicas, en vez de dejar que se muevan con autonomía, los argentinos nos hemos habituado a resguardar todos nuestros ahorros en dólares.

De hecho, según el Indec, al primer trimestre de este año atesorábamos unos 250 mil millones de dólares fuera del sistema local: estarían en cuentas bancarias declaradas en el exterior, en cajas de seguridad o “bajo el colchón”, como suele decirse.

Por eso, como hemos sostenido en otras oportunidades, no faltan dólares: falta confianza y sobran restricciones.

Mientras quien gobierna no proponga un plan económico razonable, con el respaldo político necesario para ponerlo en práctica y mantenerlo en el tiempo, y mientras el intervencionismo estatal siga trabando la dinámica económica con imposiciones arbitrarias que impiden algo tan básico como el ahorro, cada vez habrá menos dólares en el mercado y la brecha cambiaria seguirá ampliándose, con la inmensa cantidad de riesgos que ello implica.

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