El gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, volvió a encender luces de alerta en el periodismo independiente argentino luego de declaraciones que efectuó a un medio identificado con el kirchnerismo. Los dichos del mandatario chaqueño se produjeron después de la elección del domingo, en la que el Frente de Todos de esa provincia logró revertir el mal resultado que había obtenido en las PASO.
Concretamente, Capitanich apuntó contra los medios periodísticos proponiendo una regulación de los mismos por parte del gobierno nacional de turno, obviamente.Le preocupa al referente peronista chaqueño que la gente piense “lo que los periodistas y los medios proponen”. “Tienen una capacidad enorme para instalar el discurso”, sostuvo entre otros conceptos igual de punzantes. Y consideró que la polémica Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, con la que el kirchnerismo buscó someter a los medios en sus gestiones anteriores, “ha resultado insuficiente”.
Capitanich atribuye las derrotas electorales del Frente de Todos a los medios, y sus periodistas, que “están permeando en nuestros votantes. Gran problema el nuestro: están blindados (los supuestos votantes K) a la penetración nuestra y ellos están penetrando con mayor eficacia en nuestros votantes. Es un tema de incidencia clara”, sostuvo el político.
Cabe recordar que Jorge Capitanich protagonizó un episodio lamentable y muy recordado cuando era jefe de Gabinete de la ex presidenta Cristina Fernández. Durante una de sus conferencias de prensa, el entonces funcionario nacional rompió delante de los periodistas, en la Casa Rosada, una portada impresa del diario Clarín y una página en la que había escrito uno de los columnistas políticos del matutino. ¿El motivo? El mismo por el que despotrica ahora desde su provincia: atribuirle al periodismo independiente una decadencia del kirchnerismo que no obedece a otra cosa que a sus propios desatinos.
El caudillo peronista chaqueño parece no entender que el rol de los medios y de sus periodistas es el informar, en primera instancia, pero también el de interpretar los anuncios e investigar los hechos que se producen en la función pública en los tres poderes del Estado, sean oficialistas o no sus protagonistas. Se equivoca torpemente Capitanich cuando señala que los periodistas independientes influyen en el pensamiento de los supuestos votantes del oficialismo. Lo que ocurre es que, afortunadamente, cada vez más ciudadanos buscan respuestas de sus gobernantes y para ello toman en cuenta, a su vez, las investigaciones e interpretaciones que hace la prensa independiente.
Si bien la desmedida política asistencialista que el kirchnerismo implementó luego de las primarias le permitió triunfos como el de Chaco y acercarse en la provincia de Buenos Aires, el fuerte retroceso que el oficialismo nacional sufrió en la mayoría de las provincias habla claramente de una cada vez más arraigada capacidad soberana de la población para expresarse a través del voto.
Mal que le pese a Capitanich, esa maduración a la hora de votar se reflejará desde el 10 de diciembre en el equilibrio político que tendrá el Congreso en los próximos dos años.