El pasado 21 de marzo se conmemoró el Día Internacional de los de los Bosques, una fecha instaurada en 2012 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el objetivo de celebrar la importancia de estos ambientes y crear conciencia al respecto.
El tema establecido para el presente año 2023 es Bosques y Salud, una consigna que promueve el cuidado de los bosques, más allá de los beneficios que como humanos podemos obtener de ellos.
Según datos del Sistema Nacional de Monitoreo de Bosques Nativos de Argentina, el país cuenta con más de 47 millones de hectáreas de bosques.
Ese total está distribuido en siete regiones forestales: Parque Chaqueño, Yungas, Selva Paranaense, Monte (al que pertenece Mendoza), Espinal, Bosque Andino Patagónico y Delta e Islas del río Paraná.
El sistema de prensa del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) ha difundido recientemente los beneficios ecológicos, económicos y sociales de los bosques, dado que muchos de estos ambientes se encuentran seriamente amenazados por diversos factores, como la deforestación, su explotación excesiva, los incendios forestales o las sequías.
En este marco, especialistas del Conicet analizaron las particularidades de algunos de los tipos de bosques que se encuentran en la región Nordeste de Argentina, especialmente el Bosque Chaqueño, y cuentan cómo, a través de distintos proyectos y líneas de estudio, buscan generar aportes para su conservación.
Sin descartar la importancia de las otras regiones y su biodiversidad, interesa a esta columna editorial remarcar la gravitación de los bosques nativos en una provincia como lo es Mendoza.
Hay muchos e importantes trabajos sobre la problemática planteada, como por ejemplo el “Manual de bosques nativos. Un aporte a la conservación de la educación ambiental”, de la Dirección de Recursos Naturales Renovables y el Consejo Federal de Medio Ambiente (Cofema), de 2011.
En este documentado y fundamentado trabajo se señala que “la provincia de Mendoza, desde la sanción de la ley provincial 6.045, mantiene una política de conservación de su patrimonio natural y cultural”.
Es más, partir de 1961 el Estado provincial sanciona las primeras leyes que redundarían en la creación de las áreas naturales provinciales, hoy constituidas en un sistema provincial de Áreas Naturales Protegidas (ANP), que son aquellas donde la conservación de la naturaleza es su objetivo provincial.
Estos son espacios custodiados por guardaparques, con todo el apoyo técnico desde la Secretaría de Medio Ambiente de Mendoza.
Por lo expuesto y por varias razones más, en Mendoza es mandante y prioritario proteger y asegurar las reservas naturales de la provincia.
En el listado destacamos, a modo de ejemplo, las reservas faunística Laguna de Llancanelo (Malargüe); naturales Llancanelo (sitio Ramsar), La Payunia, Divisadero Largo (Las Heras), Bosques Telteca (Lavalle), Caverna de Las Brujas (Malargüe), Manzano Histórico (Tunuyán), Laguna del Diamante (San Carlos), Las Salinas (San Rafael); Villavicencio (Las Heras y los parques provinciales Aconcagua y Tupungato.
Citamos, por último, como un gran avance, la norma específica de ordenamiento de bosques nativos, ley 8.195, de 2010, que, como sostienen los autores del “Manual de bosques…” (…) debe impedir la invasión de mega proyectos asentados sobre la plenitud de nuestra flora nativa, y de ser una obligación moral de esta generación preservar el derecho de las generaciones futuras a una vida saludable”.