Este jueves en la Cámara de Diputados se llevará adelante un plenario de comisiones para debatir diversas iniciativas vinculadas a la ansiada Ley de Humedales, una deuda con la sociedad en lo que concierne a la protección del ambiente. Las comisiones de Recursos Naturales y Agricultura tratarán una decena de iniciativas que buscan establecer un régimen de presupuestos mínimos para la identificación, conservación, protección, restauración ecológica y uso racional de los humedales.
Hay que lograr por todos los medios que este tema, que se viene considerando desde 2013, se destrabe y se pueda lograr media sanción a una norma de bases mínimas de protección de los humedales. La pretensión es conseguir que cada provincia informe dónde están los humedales en función de distintas escalas, regiones, paisajes y, a partir de eso, establecer paulas elementales de protección, preservación y uso racional.
En caso de sancionarse la ley, las provincias tendrán la facultad de habilitar o no las actividades económicas, turísticas, sobre esos humedales en función de esos presupuestos mínimos de protección.
Los mentores de esta normativa expresan que no es verdad, como sostienen representantes rurales de la producción, que la esta normativa persiga prohibir la actividad económica sobre los humedales. “Esta ley no es una ley contra la producción, esta ley busca regular”, remarcan los legisladores que la impulsan y añaden que “es una ley contra la destrucción”.
Ana Di Pangracio, directora adjunta de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales, explica que en la Argentina existe una gran variedad de humedales; se calcula que cubren 21,5% del territorio nacional.
En los últimos tres años los incendios han afectado especialmente a los de la región del Delta del Paraná, y se vienen incrementando de manera drástica y sostenida. Entre 2020 y 2021, en el contexto de una prolongada bajante extraordinaria del Paraná y el agravamiento de la sequía, se quemaron más de 700.000 hectáreas de esta región. En 2022, de acuerdo a datos elaborados por el Museo A. Scasso, hasta el 21 de agosto ya se quemaron 140.625 hectáreas.
Los humedales de Mendoza son muy importantes para una provincia con las características de semidesértica. Los humedales de esta parte del país también están severamente afectados por los efectos del cambio climático, por el uso intensivo del recurso hídrico en los oasis y por los procesos de modificación y degradación de tierras, lo que hace que pierdan superficie e incluso que desaparezcan.
Su retroceso no solo tiene un impacto medio ambiental enorme sino que afecta la vida de cientos de personas, porque de ellos depende la subsistencia de muchas comunidades.
Esto lo han probado y estudiado a fondo investigadores/as del Centro Científico Tecnológico-Conicet Mendoza, cuyas advertencias deberían ser tomadas “a pie juntillas” por las autoridades provinciales y de los departamentos donde se ubican estas usinas de agua.
Cerramos este comentario con palabras del especialista en temas ambientales, Hugo Diego Eberle, que no se cansa de pronosticar que “los ecosistemas se siguen alterando lo cual desorganiza la vida humana y hace perder de vista lo que necesitamos, que es tener bosques sanos, cauces limpios, suelos ricos, humedales, agua limpia y toda la infraestructura necesaria para cursar nuestra vida en armonía con la naturaleza. Nosotros somos los responsables de la alteración del clima y consecuentemente somos los que debemos resolver la crisis generada, y por más que le demos vueltas al asunto, concluiremos que no hay ninguna fuerza o energía racional que nos pueda sustituir”.