Los desarrollos de proyectos concretos que necesita la comunidad en diversos campos de la ciencia son muy diversos y muchas veces vemos al sistema científico nacional reaccionar frente a esas demandas que están en la sociedad.
Un ejemplo claro fueron las respuestas del Conicet y de otras organizaciones de investigación privadas u oficiales, frente a las demandas sanitarias que provocó la pandemia del Covid-19.
El aporte de la ciencia y la tecnología fueron claves para enfrentar los desafíos de salud que se plantearon en los tiempos de crisis por la enfermedad del coronavirus, aportes que se extendieron para apoyar los esfuerzos productivos de la recuperación económica de muchas regiones.
La introducción tiene que ver con una reciente propuesta efectuada públicamente por la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), institución que presentó una iniciativa destinada a recaudar fondos complementarios que permitan impulsar proyectos de alcance social y en cooperación con toda la comunidad mendocina.
Para los mentores de esta acción, las autoridades de la UNCuyo, la idea resulta inédita entre las universidades públicas argentinas.
La iniciativa local tal vez encuentre alguna vinculación con el emprendimiento que llevan a cabo desde hace tiempo la Universidad Nacional del Sur, de Bahía Blanca, y el Conicet, concretando respuestas que el sector productivo de esa parte del país le plantea al sector científico-tecnológico.
La propuesta mendocina lleva por nombre Impulsores UNCUYO y tiene como objetivo promover el desarrollo de fondos complementarios para ayudar a impulsar proyectos de envergadura y que tengan impacto en la comunidad, enmarcados en su Plan Estratégico 2030.
Para obtener estos fondos, se recibirán donaciones y aportes de la comunidad de egresados y egresadas, de grandes empresas y de campañas específicas.
Se eligió este multimodelo por reunir características de distintos tipos de modelos de recaudación de fondos.
Lo recaudado ingresará al Fondo UNCuyo administrado por la Fundación de la Universidad (FUNC) y se destinará a proyectos de investigación, arte y cultura, becas y especiales, que en este ámbito se conocen como de “inversión social”.
“Este es un gran paso que da la UNCUYO para seguir creciendo, para fortalecer su vínculo con el medio socioproductivo y para ser una universidad líder en América Latina”, resumió el vicerrector Gabriel Fidel, uno de los propiciadores de este programa de acción.
El proyecto está muy avanzado y se pondrá en marcha oficialmente en abril del año próximo.
La FUNC será la encargada de administrar los recursos económicos que se obtengan y también de marcar la trazabilidad de los trabajos que se puedan realizar.
En una segunda etapa, se trabajará en un fondo de inversión de riesgo que se destinará a actividades de emprendedurismo, startups, desarrollo científico-tecnológico, capital semilla y pre aceleración-incubación.
Como se señaló, los próximos pasos se darán en abril próximo, cuando se haga una presentación oficial en la que se brinden todos los detalles para la donación de partidas y el sistema de beneficios que incluirá, y en agosto 2024, en el marco del aniversario de la Universidad, se llevará a cabo el primer evento de recaudación.
Tal vez sería oportuno sugerir, si es que ya no está adoptada la decisión, que los proyectos a financiar se coordinen con una institución como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conicet) y también con organizaciones de la sociedad que se ocupan de temas sociales: salud, hábitat, vivienda, seguridad ciudadana, soberanía alimentaria, medio ambiente y resiliencia al cambio climático.