Siempre es un imperativo prioritario para el país mantener buenas relaciones con los países vecinos. En ese contexto, importa y mucho la vinculación con la República de Chile.
A juzgar por las declaraciones de funcionarios de ambas naciones, esa posibilidad, de alcanzar un nivel de complementación e integración, está afianzada, siempre respetando determinados principios e intereses nacionales. Esto es así por toda la historia que vincula a los dos países y tiene en Mendoza una base de afirmación de vigorosa trascendencia por la campaña libertadora iniciada en nuestro suelo por el general San Martín y proyectada al resto del continente.
Esa unión de los años en que se formaron las dos naciones, son bases de entrelazamiento de mucho arraigo y consistencia, que no deberían ser empañadas por sentimientos banales o de intereses equivocados al pretender dirimir, en el plano dialéctico, la supremacía de un país sobre el otro.
Ambas naciones tienen su propia geografía, su historia, su cultura y saberes, tradiciones y de alguna forma esos ideales y formas de ser resumen los ideales de los próceres de ambos pueblos: el nuestro, el Gran Capitán ya nombrado, y entre los trasandinos, la figura del general O’Higgins.
A pesar del conflicto del Beagle de la década del setenta y de otros entredichos, la superación de ríspidas situaciones del pasado ha permitido establecer una nueva convivencia y acercamiento, mucho más tras haber superado, ambas naciones, el paso de gobiernos militares de facto.
Nadie puede negar que, con los matices propios del caso, hay avances muy auspiciosos en las relaciones bilaterales.
Un reconocimiento expreso de ello fue el formulado el 2 de noviembre del año pasado al suscribirse, entre los dos Estados, el nuevo tratado de libre comercio entre Argentina y Chile, calificado como “un ejemplo de integración a nivel regional”.
En el mismo sentido se ha pronunciado el flamante embajador chileno en Argentina, Nicolás Mönckeberg, al señalar recientemente en una nota en Los Andes: “Como en familia, los vecinos no se eligen, pero sí se elige la relación que queremos tener con ellos, tal como hace 203 años lo hicieron O’Higgins y San Martín. Ambos quisieron simplemente que sus hijos fueran hermanos y que caminaran juntos en las buenas y en las malas”.
En el mismo derrotero de estrechamiento de lazos y acciones comunes, debe entenderse el trabajo de técnicos e investigadores de la Comisión Binacional Argentina-Chile en “Investigación Científica Marina Austral”, acordado entre los dos ministerios de Relaciones Exteriores.
Éste es un hito en el desarrollo de la integración científica sobre los efectos del cambio climático en una región estratégica para los dos países.
Entre las ideas intercambiadas, se gestó la posibilidad de incorporar, al trabajo de la Comisión, a los Servicios Meteorológicos de ambos lados, a fin de intercambiar datos y promover desarrollos tecnológicos que contribuyan a generar mayores conocimientos respecto de los efectos del cambio climático en la región.
También contribuye a acercar más a los dos Estados y, principalmente, a sus habitantes, lograr que las comunicaciones se hagan sin cobro de roaming. La medida implica que toda persona que viva en un territorio y utilice el teléfono móvil en el otro, pagará el costo de su tarifa local.