Hace unos días se celebró el Día Mundial de la Vida Silvestre bajo el lema “Recuperar a las especies para la restauración de ecosistemas”, con el fin de crear conciencia sobre el estado de las especies en peligro, en riesgo crítico y resaltar la importancia de los esfuerzos de conservación a fin de recuperar las poblaciones de animales y la flora.
En Argentina, es una opción de reflexión y toma de acción sobre la forma en que nos relacionamos con la naturaleza y lo determinante que es para las personas. Sobre todo, en el marco de los alarmantes incendios que ocurrieron en diferentes puntos del país (especialmente en la provincia de Corrientes) en las semanas precedentes, que afectaron a personas, la flora y la fauna nativa.
Un estudio de opinión pública, realizado para Fundación Vida Silvestre en 2021, indicó que al 91% de las personas que viven en Argentina les interesa el cuidado del ambiente, siendo este porcentaje mayor en mujeres. El 84% está dispuesto a involucrarse.
Ello quedó claro en las movilizaciones sociales que se realizaron durante el último año y el apoyo a provincias que fueron afectadas por el fuego.
En esta línea, los cinco temas que más preocupan a la población de nuestro país son: deforestación (67%), incendios (57%), manejo de residuos (53%), cambio climático (41%) y extinción de especies (39%).
“En Argentina, es cada vez más frecuente escuchar cómo las llamas llegan a las regiones con mayor biodiversidad de nuestro país. Ello se ve aumentado por años de falta de acciones concretas para disminuir las consecuencias del cambio climático. Las personas, la flora y la fauna afectadas deben contar con apoyo en todos los sentidos para sobrellevar el proceso de recuperación”, señaló Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina.
En la actualidad, es preocupante la pérdida de biodiversidad a nivel mundial y los riesgos sociales y económicos que esta situación provoca.
En menos de medio siglo, las poblaciones mundiales de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces, sufrieron una disminución promedio del 68% debido a la destrucción ambiental por las actividades humanas.
En América Latina, el resultado es aún más impactante: la reducción, en promedio, fue del 94% y las principales amenazas son la alteración de bosques, humedales, pastizales y sabanas, la sobreexplotación de especies, el cambio climático y la introducción de especies exóticas. (Datos extraídos del informe Planeta Vivo).
En el mundo, según Naciones Unidas, más de 8.400 especies de fauna y flora silvestres se encuentran en peligro crítico de extinción.
Trayendo el tema a nuestra provincia, son por lo menos cinco las especies animales amenazadas y en peligro de desaparecer.
Además de nuestro emblemático cóndor, están en riesgo: el pichiciego, el cardenal amarillo, un tipo de rana (Ranita del Pehuenche) y el águila coronada.
Todos son muy importantes para el ambiente mendocino, pero tal vez se nos permita enfatizar en torno a la primera de las aves que hemos nombrado que, como sostiene la ecologista Jennifer Ibarra, Mendoza es emblema provincial.
Afortunadamente, se han sumado diversas acciones de rescate y liberación de cóndores, rehabilitados en sus lugares de origen.
Por todo lo expuesto, son necesarias la correcta implementación de leyes vigentes en nuestro país y la promoción de otras normas que promuevan y lleguen a establecer un correcto cuidado de nuestra naturaleza, lo que implica, en última instancia, la protección de las personas también.