La importancia estratégica del Censo de población

El Censo Nacional aportará elementos que facilitarán conocer el nuevo perfil de la población y los recursos con que cuentan las familias.

La importancia estratégica del Censo de población
Mabel realiza el Censo 2022 en la puerta de la casa de la señora Petrona en el barrio Flores, de Ciudad. Foto:José Gutierrez / Los Andes

Los datos recabados por el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas revelarán en forma paulatina el nuevo mapa poblacional, su composición y la relación con los habitantes históricos de nuestro territorio, así como las condiciones sociales y la infraestructura de los hogares incluidos en la muestra.

Pasaron 12 años del anterior censo en la Argentina, por lo que el primer dato clave es saber cuántos somos, pues las perspectivas demográficas pueden haberse modificado.

La tendencia de las familias a tener un menor número de integrantes y el éxodo de miles de argentinos durante los últimos años podrían modificar las proyecciones estadísticas.

Saber con precisión la población y su localización permitirá un mejor diseño de las políticas de salud y de educación, así como conocer dónde se localizan las necesidades de infraestructura.

Atender con eficacia esas demandas podría obligar a modificar los presupuestos que realizan los distintos niveles de gobierno, elaborados –en no pocos casos– más por la identificación partidaria que por la búsqueda de soluciones efectivas.

Las características de las distintas viviendas, así como los servicios que poseen en materia de electricidad, agua, gas y conectividad, podrían colaborar a una mejor planificación, para la provisión de elementos que son claves para el crecimiento personal y la generación de bienestar.

Este conjunto de datos, cotejados con los relevados en el Censo Económico, posibilitarían elaborar un proyecto de crecimiento sobre la base de la población y de los recursos de las distintas regiones del país.

El país tiene una organización federal en cuanto a su sistema político, pero adquiere cada vez una mayor centralidad a partir del asentamiento de los tres poderes del Estado nacional en la ciudad de Buenos Aires.

A ello se suma el fuerte aumento poblacional y sin una planificación ordenada de los 24 partidos que integran el Gran Buenos Aires.

Por ello, insistimos: si bien todos los elementos que aportará el Censo contribuirán a definir mejores políticas para el crecimiento económico, estas se ven hoy sometidas a las disputas internas en el Gobierno nacional. Las políticas resultan de las apetencias personales y territoriales de los principales exponentes del oficialista Frente de Todos, en detrimento de las provincias o municipios conducidos por la oposición.

La idea de un país federal en el uso de incalculables recursos y el diseño de un desarrollo armónico entre las distintas regiones son elementos que sólo circulan en las áreas de “planificación estratégica” de las distintas administraciones.

Esos proyectos no logran consensos mínimos, que debieran ser respetados por todos los gobiernos, sea cual fuere su signo partidario.

Argentina no logró esbozar esa planificación desde que la globalización se hizo presente por la caída de los grandes bloques que surgieron de la Segunda Guerra Mundial y el desarrollo de la tecnología.

El Censo Nacional aportará elementos que facilitarán conocer el nuevo perfil de la población y los recursos con que cuentan las familias.

La dirigencia podrá concentrarse entonces en las cosas que promuevan el crecimiento económico y dejen atrás la decadencia de las últimas décadas.

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