La crisis en materia educativa en nuestro país es cada vez más notoria y grave. Una de las grandes deudas que mantiene con la sociedad la clase dirigente, que, como ocurre con la pobreza, no ha sido capaz de encontrar una línea conductora para que el nivel de instrucción sea el adecuado.
Según datos recientemente difundidos, en la Argentina el 32% de los alumnos de 15 años del nivel socieconómico más alto no alcanzaron los índices mínimos de lectura en la prueba PISA 2022. Los resultados son peores que los registrados en Chile, Uruguay, Colombia, Perú y México. Por otro lado, en el nivel socioeconómico más bajo, 7 de cada 10 alumnos argentinos no alcanzan el nivel mínimo requerido.
Los datos fueron dados a conocer por el Observatorio de Argentinos por la Educación, haciéndose eco de un documento que analiza las diferencias de aprendizaje entre estudiantes de distintos niveles sociales.
Por otro lado, datos difundidos por Cippec recuerdan que apenas el 13% de los niños que ingresaron al nivel primario en la Argentina llega al último año de la secundaria en el tiempo teórico esperado y con aprendizajes satisfactorios en Lengua y Matemática, entre otras falencias muy notorias. Y 1 de cada 2 estudiantes de tercer grado de la primaria tiene dificultades para comprender un texto.
Por ello es muy grande la inquietud de gran parte de la sociedad argentina por el bajo nivel educativo que, en general, golpea a los distintos niveles sociales. Precisamente, los datos apuntados demuestran que la falencia no sólo es atribuible a condiciones sociales bajas, conduciendo inevitablemente a una consecuencia de características culturales muy lamentables.
En ese contexto, en los últimos días más de 60 organizaciones de todo el país pidieron que la educación sea incluida en el Pacto de Mayo que promueve el presidente Javier Milei para firmar con los gobernadores. En efecto, el pedido fue formulado en forma conjunta respondiendo a una iniciativa de la Coalición por la Educación, Padres Organizados, Asociación Conciencia, Cippec y la Fundación Potencia Argentina, que fueron las entidades que invitaron a sumarse al numeroso grupo de adherentes.
En nuestra provincia se sumó al pedido el Gobierno a través del ministro de Educación, Cultura e Infancias, también en línea con el pensamiento de integrantes del Consejo Federal de Educación, que nuclea a los responsables del área educativa de cada jurisdicción del país.
Es también pertinente destacar aspectos que contiene el documento en el que se pide incorporar a la educación como primer punto del acuerdo previsto para el 25 de Mayo, que entre otros fundamentos resalta la influencia que tienen en el deterioro del nivel de enseñanza las desigualdades de nivel socioeconómico y en algunos casos geográficas, que dificultan el fácil acceso a la educación.
Justamente, la pobreza va de la mano con las falencias educativas. Es algo inevitable por las lógicas dificultades que tiene una familia carenciada para subsistir. No hay que olvidar que en este país 6 de cada 10 niños son pobres.
La Ley de Educación Nacional vigente destaca que la educación es un bien público y un derecho personal y social de los individuos, debiendo ser garantizada por el Estado. El actual gobierno nacional prometió estudiar el lanzamiento de un amplio plan de alfabetización; cabe esperar dicha promesa. Aun en tiempos de lógicos ajustes, la enseñanza debe contar con los recursos necesarios.