La reciente adquisición de la bodega Baldini (ex Gabrielli y Baldini) por la firma Trivento (Concha y Toro, de Chile) es una buena noticia para la producción mendocina, pero también afirma el desarrollo de una zona de raigambre vitivinícola en el corazón de Luján de Cuyo, en Mayor Drummond.
La adquisición asegura la continuidad del establecimiento, pero, por otra parte, impide un posible destino inmobiliario de esas valiosas tierras, que podrían haber terminado en fraccionamientos de barrios privados.
Desde hace mucho tiempo la ciudad avanza sobre las áreas rurales y los departamentos del Gran Mendoza, como Luján de Cuyo, pierden hectáreas. Donde antes maduraban uvas de calidad, hoy el progreso edilicio y demográfico hace desaparecer esas valiosas tierras.
Más allá de una estrategia productiva, la operación de adquisición de los activos de la familia Baldini se inscribe como apuesta cultural al anunciarse un aprovechamiento integral del espacio de la tradicional casona existente en el lugar y su entorno.
La bodega comprada cuenta con una propiedad generosa, un chalet con un parque de 3 hectáreas y una finca de 17 hectáreas en Mayor Drummond, destino de numerosos inmigrantes europeos que llegaron a Mendoza a desarrollar la cultura del vino a principios del siglo XX.
La casa familiar, de estilo californiano, fue construida en 1940 por los arquitectos Mario Giambelli y Luis Mario Brisighelli.
La noticia es que Trivento va a recuperar y poner en valor la bodega y el chalet y, por supuesto, los viñedos aledaños, con fines turísticos y productivos, aportando valor a la zona.
De esta forma habrá 3 bodegas emblemáticas en el lugar: Leoncio Arizu SA (hoy en manos de su tercera y cuarta generación), que se ubica enfrente de Baldini. Algunos metros hacia el Sur, Lagarde (adquirida en 1969 por la familia Pescarmona), y lo que será ahora Trivento, por lo que todo ese sector de la avenida San Martín adquiere características patrimoniales y de trabajo vitivinícola. Estaba ahí también la famosa champañera Ángel Espiño que elaboraba vinos especiales y que, a punto de desaparecer, fue adquirida por Arizu en 2012.
Los tres establecimientos dispondrán de ofertas turísticas y culturales que se suman a las de museos cercanos. El primero de ellos es el Provincial de Bellas Artes - Casa de Fader.
Interesa entonces resaltar los valores productivos, turísticos, ambientales y culturales que se mantendrán de forma acrecentada en el distrito de Mayor Drummond. Cuenta, de manera determinante para que esto ocurra, la decisión de las 3 emblemáticas firmas de mantener sus viñedos y bodegas en esa jurisdicción, no obstante encontrarse sus propiedades de uso rural en un área urbana en creciente expansión.
Es oportuno mencionar también la existencia de otros enclaves de carácter rural en el distrito lujanino y en otros de los departamentos del Gran Mendoza, que es gravitante tratar de conservar y privilegiar, no obstante, estar rodeados de barrios y equipamientos urbanos.
Asimismo, se agrega a esta caracterización que hacemos de Mayor Drummond, que también allí, o compartiendo el límite con Chacras de Coria, se ubican la estación experimental del INTA, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo, además de otras fincas y bodegas de distintas extensiones y capacidades productivas.
Pese a que se han perdido valiosos paños de viña, los actuales criterios de ordenamiento urbano -rural de Mendoza abogan por la conservación de la estructura tradicional de los oasis bajo riego. En el mismo sentido, se habla de mantener un compromiso con los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), que tienen por meta el cuidado del patrimonio cultural y ambiental de Mendoza.