Hace unos días la sección Lugares Mendocinos, que publica los sábados este diario, describió con detalle uno de los sitios de importancia en la historia mendocina, nacional y latinoamericana, la Basílica de San Francisco, de avenida España. Ese complejo religioso tiene en su interior bienes religiosos, culturales e históricos de valor permanente, que lo sitúan en un lugar de privilegio frente a otros lugares de la ciudad y la provincia.
Baste señalar, a modo de breve síntesis, la existencia en el templo del camarín de la Virgen de Nuestra Señora del Carmen del Cuyo, patrona y generala del Ejército de los Andes, que creara y comandara el general José de San Martín.
También en la iglesia descansan los restos de la hija, el yerno y la nieta del Libertador, Mercedes Tomasa de San Martín, Mariano Balcarce y María Mercedes Balcarce, respectivamente.
Además, posee no sólo un valor funcional como templo, donde se realizan las ceremonias oficiales, sino también una gran valoración social y educativa como una sede simbólica asociado a la gesta sanmartiniana.
Pero, el acervo que contiene el edificio, que es el primer Monumento Histórico Nacional, designado de esa manera en 1928, no es el problema, ya que está bien cuidado por los sacerdotes de la Orden Franciscana y por los miembros de la Cofradía de la Virgen del Carmen, con Rafael Manzur como presidente a la cabeza.
De todos modos, los religiosos son pocos y no se dispone de suficiente personal, debido a lo cual la iglesia está cerrada mucho tiempo, única forma de preservar su valiosísimo patrimonio, que de otra forma podría estar expuesto al robo y el vandalismo.
El problema realmente grave del privilegiado inmueble de avenida España 1418, es que es muy antiguo, y por eso sufre los embates del paso del tiempo y necesita reparaciones integrales que le permitan cumplir las funciones que tiene asignadas.
Una síntesis de las dificultades edilicias se concentra en el mal estado de los techos y paredes, en las frecuentes filtraciones de la lluvia. El ingreso al camarín de la Virgen, uno de los espacios relevantes, presenta deterioros que exigen pronta remediación, y por eso están restringidas las visitas en ese punto.
En 2014, la Municipalidad de Capital (era intendente Víctor Fayad) dispuso un subsidio para realizar refacciones en el edificio, pero los trabajos realizados no fueron suficientes y hay que insistir en más arreglos.
Es evidente que la descripción que hacemos es somera y seguramente habrá otros vicios y daños en una estructura de tal magnitud y envergadura.
Entonces, y para preservar el bien de manera integral, sería necesario desarrollar un proyecto de restauración y reparación de la construcción, con la participación de la Dirección Nacional de Monumentos, la Dirección de Patrimonio de la provincia y, tal vez con el apoyo del municipio capitalino, que ya actuó como se ha indicado en ese sentido hace nueve años.
La basílica tiene notable importancia desde el punto de vista religioso e histórico-cultural, y no debería transcurrir más tiempo sin que se le efectúen las reparaciones que está requiriendo.
Los fondos para materializar estos trabajos sería lo más complicado en el desafío planteado, porque en la provincia existen profesionales para planificar y conducir el trabajo.
