El líder de Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), Facundo Jones Huala, inició una huelga de hambre para exigir su liberación, luego de que fuera detenido en la localidad patagónica de El Bolsón, con lo que entiende que el Estado argentino no debió detenerlo. A propósito, sería muy interesante saber por qué fue detenido.
Jones Huala se equivoca al sostener que el Estado argentino no puede detenerlo. Él encuadra su acción política en el marco de una “lucha revolucionaria” para “liberar” al pueblo mapuche de la “opresión”: según su visión, Argentina y Chile serían “dos estados capitalistas” que oprimen a los mapuches “junto a los terratenientes y las empresas transnacionales”.
En otras palabras, no les reconoce entidad legal a ambos países para gobernar con sus respectivas leyes a las comunidades mapuches que habitan sus territorios. Por ende, está a favor del uso de la violencia para lograr la autonomía de ese pueblo originario.
Son muchos los grupos mapuches de la Patagonia que tomaron distancia de los métodos violentos de Jones Huala y la RAM. Pero como la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, manifestó durante años que en la región hay indicios de terrorismo porque la RAM “intenta socavar el orden constitucional” con violencia, vale preguntarse: ¿La detención de Jones Huala se vincula con las varias decenas de causas que se acumulan en la Justicia por hechos violentos reivindicados por su agrupación? ¿Acaso no debiera ser detenido el líder de una organización que alienta el terrorismo y la violencia política?
¿O se dirá que era buscado por las fuerzas de seguridad sólo por haberse fugado de la Justicia chilena? En enero de 2013, Jones Huala participó en un ataque incendiario a un fundo en Chile. Los atacantes maniataron a los cuidadores e incendiaron la casa. Cuando la policía lo detuvo, tenía varias armas en su poder. El tribunal que lo juzgaba le concedió el arresto domiciliario y él aprovechó para fugarse. En 2016 fue detenido en nuestro país, y un juez federal de Bariloche permitió la extradición. Fue condenado a nueve años de cárcel. En enero del año pasado, un tribunal chileno le otorgó la libertad condicional, pero el fallo fue anulado por la Corte Suprema un mes más tarde. Para entonces, Jones Huala se había fugado una vez más. Con todo, la detención de Jones Huala podría tener vinculación con la política local. Sucedió pocos días después de que el oficialismo rionegrino y el kirchnerismo sellaran una alianza para las próximas elecciones. En consecuencia, ahora Carreras avala la política de seguridad que el Gobierno nacional ha implementado en la región, la misma que criticaba hasta octubre pasado.
Para despejar cualquier duda, habrá que ver si el Estado presenta cargos contra Jones Huala o simplemente espera que Chile pida su extradición.