La importación y generación de combustibles fósiles para abastecer su matriz energética y cubrir las necesidades de la industria y el uso público de la energía, le cuestan al país millones de dólares anuales. Por eso y desde hace tiempo, se promueve el desarrollo de proyectos de energía renovable y limpia, que puedan apuntalar el esperado desarrollo mendocino.
De 38 proyectos adjudicados por la Nación a todo el país en la última convocatoria del Programa RenovAr, 20% corresponde a Mendoza, avizorando un desarrollo posterior interesante.
Resulta así ponderable lo que estamos logrando en producción eléctrica fotovoltaica e hidráulica ya que, según un informe oficial, Mendoza no registraba desde tiempo atrás significativos aumentos en ambas generaciones, habiendo logrado en cuatro años inyectar al sistema 150 megavatios de energías limpias.
Respecto a las inversiones y al empleo, con dichas adjudicaciones, la provincia sumará cuatro nuevos parques solares e igual número de aprovechamientos hidroeléctricos.
Se comprueba que, en estos últimos cuatro años, Mendoza ha batido su propio récord en generación limpia y renovable, con una inversión de US$ 180 millones y más de 130 mil viviendas abastecidas.
En lo que va de 2019, se concretaron 6 pequeñas centrales hidroeléctricas y al finalizar el año habrá nueve. Este año también comenzaron a funcionar 3 nuevos parques solares, 3 equipos de paneles solares en edificios públicos y 2 centrales térmicas.
Hemos de señalar la trascendencia que tienen estos emprendimientos, como por ejemplo el Parque Solar de Santa Rosa de 20.000 paneles solares instalados sobre el predio El Marcado de 16 ha, íntegramente hecho con trabajo mendocino.
Se trata de acciones que han recibido el apoyo de entes oficiales como Emesa y EPRE, creando expectativas de un mayor avance provincial, como lo ha hecho San Juan que ya cuenta con Ullum, el primer centro argentino de generación fotovoltaica.
Asimismo, se debe apostar a impulsar actividades de educación en materia de energías renovables. Vale lo hecho en el programa “Aprender con energía sostenible”, del que tomaron parte nada menos que 800 docentes y 7.000 alumnos.
Sobre los patrones de diseño para futuros crecimientos, se ha de tener presente que las instalaciones de energía fotovoltaica, por el tamaño estándar de sus paneles componentes, se pueden aplicar a muy distintas escalas. Desde uno o dos paneles sobre el techo de una cabaña, a cientos de miles de las mismas unidades en gigantescos parques fotovoltaicos.
Esta capacidad de integración mayor o menor es semejante a la del uso de los tradicionales ladrillos, con los que se puede construir un pequeño muro o un gran edificio. De allí surge la gran versatilidad escalar de los paneles fotovoltaicos.
Mendoza presenta, hasta ahora, aplicaciones fotovoltaicas en escalas menores. Por su parte, San Juan y Jujuy son casos de instalaciones masivas.
Distintas son las posibilidades de la energía eólica, aunque deben recibir consideración las buenas condiciones eólicas de los valles cordilleranos mendocinos para tales aprovechamientos.
En síntesis, Mendoza se encuentra en camino de afirmarse en todo lo que hace al incremento de la generación energética limpia con el impulso del Estado y el esfuerzo las empresas privadas, aunando recursos para el logro del desarrollo sostenible y la mitigación de los efectos del cambio climático.