Tiene estado parlamentario la propuesta que propicia la creación de huertas agrícolas en los establecimientos educativos primarios de Mendoza. Es una interesante iniciativa que debería convertirse en realidad, no tanto en las escuelas urbanas donde tal vez no exista el espacio suficiente como para desarrollar estos emprendimientos, pero sí en los complejos de los departamentos, principalmente en zonas rurales. El tema por ahora es analizado en comisiones de la Cámara de Diputados y fue elaborado por la diputada Verónica Valverde (FdT), presidenta de la comisión de Ambiente.
Esta legisladora propicia instituir huertas en las escuelas de Mendoza como parte de la “educación ambiental”, que ya se imparte. De hecho, en algunos colegios de educación primaria ya existen espacios donde los chicos, debidamente asesorados, cultivan verduras que luego son consumidas en los comedores escolares o repartidas para que lleguen a hogares más necesitados.
Como se ha señalado, el proyecto comentado se basa en el concepto de educación ambiental y en lo beneficioso que podría ser para los alumnos tener un contacto práctico con el cultivo de alimentos, más allá de lo meramente teórico.
La impulsora de la iniciativa subrayó que considera “una muy buena herramienta pedagógica” a la creación de huertas en las instituciones primarias. Agregó que “hacer educación ambiental a partir de la experiencia, moviliza la inquietud y la curiosidad” de los escolares”. Otro aspecto de la iniciativa es que contempla la presencia de “facilitadores hortícolas” para el desarrollo de las huertas, sin descartar que también se podría capacitar a los docentes en este sentido.
Otro factor es que se pueden crear huertas con pocos recursos que, de hecho, deberá analizarse en la comisión de Hacienda y Presupuesto por los requerimientos de inversiones para la implementación de la actividad. Inclusive, existen técnicas para generar huertas en macetas, aunque lo más propicio es disponer de pequeños predios para plantar verduras y hortalizas. En todos lados estas huertas brindarán muchos beneficios a los estudiantes, tanto educativos como prácticos, al fomentar en ellos habilidades que, con el paso del tiempo, les pueden servir en sus vidas.
Además, el programa resultará por demás propicio en zonas de vulnerabilidad social que lamentablemente tiene la provincia, con especial atención a los más de 200 barrios populares o asentamientos dispersos en la geografía del territorio, que esperan ser mejorados.
La realidad de los mismos es compleja. Entre otras características, el ocio, la pérdida de hábitos de trabajo, la cultura “del pedir”, la falta de referentes familiares, las drogas, el alcohol, la violencia y la destrucción de bienes colectivos, son aspectos a combatir y una de las armas es poner en marcha el aprendizaje en torno al cultivo de la tierra y sus beneficios.
El objetivo general entonces es promover un cambio cultural hacia una nueva forma de dignificar a la persona en relación con la naturaleza, como así también desarrollar hábitos de trabajo, fortalecer vínculos solidarios y de alimentación saludable, prácticas agroecológicas y que las mismas se extiendan a los hogares de los chicos que se están educando.