Durante los meses de julio y agosto han sido varios los focos de incendios que se dieron en la zona bajo riego de General Alvear. La mayoría de esos sucesos -más del 90%- son encendidos intencionales por personas que buscan limpiar las fincas con el fuego y generalmente la situación se complica y se descontrola. Los focos de incendios han devorado más de 1.700 hectáreas en fincas y descampados, en esta parte de la provincia.
Ha sido una temporada complicada con algunos datos que podemos brindar: en el mes de julio hubo 92 incendios denunciados en las oficinas de Defensa Civil y en agosto 31 incendios con un total de 123 incendios entre los dos meses. “Una afectación de más de 1.700 hectáreas de incendios en áreas bajo riego”, como comentó Adolfo Balverde, director de Defensa Civil alvearense.
Los especialistas tienen asumido que en su mayoría fueron provocados por la mano del hombre, a lo que se agrega la posibilidad de más casos en temporada de verano, en los que además de la intencionalidad se pueden registrar incendios que registran tras la caída de rayos y se prenden los campos. Pero los siniestros en zonas bajo riego, según los cálculos oficiales, son 99% intencional.
La queja de dueños de las propiedades afectadas se concentra en un hecho que lamentablemente se repite en el resto de la provincia: no poder dar, en la mayoría de los casos, con los responsables para ponerlos a disposición de la Justicia.
La pretensión es que por la reiteración de estos atentados contra el ambiente y la propiedad privada, los vecinos se involucren en las campañas de concientización de incendio de bajo riesgo. La mayoría insiste en la necesidad del involucramiento de particulares afectados o no, denunciando los hechos cuando se observen individuos sospechosos o el inicio de los primeros focos. El argumento es que se debe recurrir a la denuncia porque policía, bomberos, estamentos de recursos naturales y defensa civil no pueden estar en todo el territorio.
También el Estado provincial tiene que mantener los niveles de equipamiento del sistema que conforma el Plan Provincial de Manejo del Fuego.
Los equipos de esta repartición, especialmente camiones y herramientas para el combate de las llamas, tiene que estar en las mejores condiciones posibles. Los distintos procedimientos para combatir incendios someten al equipamiento y al parque automotor a una exigente utilización y a su eventual desgaste por la repetición de los operativos.
Esta era una preocupación que mantenía como una demanda permanente el hasta hace poco coordinador del Plan Provincial de Manejo del Fuego, Guillermo Ferraris, un experto en la materia ampliamente involucrado en el combate contra los siniestros forestales y de campos. Suponemos que el reemplazante de Ferraris en el cargo mantendrá las mismas capacidades que su antecesor, con compromiso y respuesta ante las emergencias que se produzcan.
En suma, se reconoce el trabajo de prevención y control en todo el territorio de este fenómeno destructivo que consume miles de hectáreas, creando pérdidas en la diversidad ambiental, pero se debe seguir garantizando los esfuerzos del Estado provincial en el combate de la mejor manera posible el fuego que afecta y daña superficies naturales y pone en riesgo a la población.