El gobernador, Rodolfo Suárez, impulsa formalmente la implementación de la boleta única electoral en la provincia, para lo cual promueve un proyecto de ley que deberá ser debatido en la Legislatura.
De prosperar la iniciativa, el sistema de votación en Mendoza tendría que cambiar a partir de 2023, en coincidencia con las elecciones a cargos provinciales y municipales.
La intención de generar esta reforma por parte del titular del Poder Ejecutivo mendocino es un paso adelante muy significativo, ya que hasta ahora se han sucedido reclamos y propuestas concretas para implementarla en el país, tanto de sectores partidarios como de importantes organizaciones de la sociedad civil del país, sin que en el seno de los poderes del Estado se tome debida nota o, al menos, se muestre interés por avanzar con la discusión de tan importante propuesta.
En marzo, cerca de 200 dirigentes de todo el país, incluyendo a Mendoza, representando a distintos signos político partidarios, hicieron una fuerte propuesta formal que quedó sin abordaje.
Mientras tanto, los representantes del sector privado que se sumaron comparten los principios de transparencia que mueven a quienes impulsan esta importante reforma.
Públicamente casi ningún referente político disiente con las ventajas de la aplicación de la boleta única, pero está comprobado que en el momento de las concreciones siempre afloran excusas para no mover el expediente.
El sistema vigente, de la llamada lista sábana o partidaria, no sólo es considerado obsoleto (pocos países lo siguen utilizando en el mundo) sino que, claramente, impide que la ciudadanía conozca debidamente las cualidades de los candidatos incluidos en una lista en la que siempre sobresalen quienes la encabezan. Esta anomalía desaparece con el uso de la boleta única.
Con distintas adaptaciones, el mecanismo que se pretende implementar ha sido utilizado con éxito en provincias gravitantes en lo electoral por su densidad poblacional, como Santa Fe y Córdoba. También en institutos penales y entre los argentinos que votan fuera del país.
Por otra parte, quienes vienen impulsando esta mecánica en los últimos años destacan el ahorro presupuestario que significa para el Estado reducir la impresión de boletas y el aporte que se realiza en cuestiones ambientales, puesto que con la lista sábana vigente se produce una excesiva impresión. El descarte por no ser necesaria la utilización es significativo.
Resultaría importante que la política mendocina discuta y busque consensuar el mecanismo de boleta única electoral que se impulsa desde el Gobierno.
Es una gran oportunidad para un debate serio en el que se dejen de lado especulaciones partidarias y se coloque a Mendoza entre las provincias más avanzadas en sistemas de votación en el país.
Como ocurrió con la denominada “ficha limpia” de los candidatos a cargos electivos, nuestra provincia debe demostrar que sus dirigentes son capaces de superar diferencias ocasionales para poner a Mendoza a la vanguardia en reformas que provean calidad institucional y dejen de lado mezquinos intereses personales o sectoriales.