Hito antártico: creación de la base Marambio

En la fecha se cumplen 53 años de la fundación de la Base Marambio (29 de octubre de 1969), núcleo dinámico de la operación logística en las bases antárticas y de la investigación científica en el continente blanco, y enclave estratégico para el ejercicio de la soberanía de nuestro país en el Sector Antártico.

Hito antártico: creación de la base Marambio
Base Marambio. En la Antártida (DyN/Archivo).

Hoy se cumplen 53 años de la fundación de la base Marambio, hecho que se contabiliza a partir de la construcción de una pista de aterrizaje en el continente blanco y el descenso por primera vez de un avión con tren de aterrizaje convencional, es decir ruedas, ya que hasta entonces pequeñas aeronaves lo hacían con esquíes.

Los autores de esa hazaña fueron hombres de la Fuerza Aérea Argentina. Uno de los integrantes de la Patrulla Soberanía (21 en total), que en octubre de 1969 logró romper el aislamiento con ese espacio austral al construir el primer campo aéreo en el lugar, fue el suboficial Juan Carlos Luján, presidente de la Fundación Marambio, quien frecuentemente colabora con nuestro diario con aportes sobre la vida antártica.

En aquellos años, la Fuerza Aérea Argentina (FAA) buscaba romper el aislamiento antártico y trazar un puente aéreo con el continente, de manera de obviar los 15 días de navegación entre los hielos australes y conectar la Antártida con Buenos Aires en un vuelo de 7 horas todo el año.

El rompehielos ARA San Martín era hasta fines de los años ‘60 la única vía para llegar al continente blanco. Para esa osadía habían explorado dos posibles locaciones: la isla 25 de Mayo (actual base chilena Frei), y otra isla inhóspita de 18 km de largo por 8 de ancho, entonces bautizada Seymour. El propósito era cimentar una pista natural sobre el permafrost -el barro congelado típico del lugar- para el uso de aviones de cierta envergadura con trenes de aterrizaje convencionales (ruedas, en vez de esquíes).

Ningún otro país hasta entonces lo había intentado. La Argentina había sido pionera al establecerse de manera permanente en la masa polar, con la fundación de la base Orcadas en 1904. Faltaba romper las dificultades existentes y proceder a materializar la conexión aérea.

Las contingencias para la patrulla Soberanía fueron muchas y de variadas dimensiones. Hubo que romper el hielo y despejar el suelo de piedras y rocas de gran tamaño para materializar la base de descenso y ascenso de aeronaves. Ese fue el arduo trabajo realizado por la Patrulla Soberanía: 21 hombres entre oficiales y suboficiales que soportaron temperaturas de -30º y grandes sacrificios consiguieron preparar la pista, de 25 m de ancho por 900 m de largo y de tal manera quedó habilitada la base a la que se dio el nombre de Gustavo Argentino Marambio, uno de los pioneros de la exploración antártica.

El día esperado llegó el 29 de octubre de 1969 cuando un avión turbo hélice, Fokker S27, cruzó el Pasaje de Drake desde Río Gallegos y tras recorrer 1.350 kilómetros, y aterrizó en la Antártida, rompiéndose el aislamiento entre ambos continentes.

Fue una gran hazaña. Salvando las distancias y las consecuencias, cuatro meses antes se había vivido otra gesta de alcance interplanetario, cuando el 20 de julio de ese año, el hombre llegaba a la Luna.

Pero volvamos a la epopeya antártica de crear la Base Marambio, que fue una misión de gran trascendencia nacional, histórica y geopolítica protagonizada por argentinos, que permitió romper el aislamiento con esa porción del mundo donde antes solo se podía llegar en verano por vía marítima cuando el estado de los hielos lo permitía.

Indudablemente estas características operativas tienen un valor extraordinario y con las mismas se inició una nueva era en el Casquete Polar Antártico, con una dinámica distinta en las tareas que se realizan en el helado continente.

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