La ayuda a productores mendocinos afectados por heladas tardías genera en estos días tensión entre las autoridades nacionales y las de nuestra provincia. Todo, a raíz de la demora en la implementación de medidas prometidas en un acto realizado en Mendoza con la presencia del ministro Sergio Massa.
El compromiso del ministro nacional fue trascendente en ese momento. Como el clima político que se gestó a raíz de su visita fue bastante armonioso, desde los sectores de la producción vieron con expectativa posibles resultados rápidos y satisfactorios ante la crisis generada.
Entre los anuncios que efectuó, Sergio Massa prometió 1.500 millones de pesos en Aportes No Reintegrables, a distribuir entre las provincias afectadas por los fenómenos climáticos, aunque en virtud del malestar existente, desde la Nación recientemente se informó que ese monto se elevará a $2.500 millones. También se anunciaron en su momento créditos a tasa cero, un fondo de asistencia y la aplicación del denominado Programa de Recuperación y Sostenimiento Productivos. Sólo enunciados.
La idea planteada para la principal medida prometida era la de la adopción de un dólar diferencial similar al que se aplica para el denominado dólar soja. Hay demora reconocida en los ámbitos oficiales, independientemente del argumento de que es el gobierno provincial el que debe terminar con el balance de daños para que se pueda aplicar la ayuda prometida por el ministro de Economía.
Precisamente, el reciente anuncio del nuevo dólar soja fue uno de los motivos que alertaron tanto a los funcionarios mendocinos como a los productores después de un poco más de un mes desde la realización de los anuncios en esta provincia. ¿Priorizará el ministro Massa a la producción sojera por garantizar mayor y más rápida llegada de divisas a las alicaídas arcas del Banco Central?
Por otra parte, muchos productores afectados por las heladas y el granizo, que también golpeó el mes pasado, se ven limitados en el posible acceso al crédito en virtud de requisitos que imponen las autoridades, con lo cual el nivel de cobertura ante la emergencia no se presenta a primera vista óptimo.
Es indudable que en las últimas semanas la imagen de la conducción económica nacional decayó bastante con respecto a la que obtuvo inicialmente, en especial por la calma cambiaria que se instaló entonces. Justamente, la vuelta de tensiones con la cotización del dólar dio cuenta de que las turbulencias en la gestión se habían reiniciado. Y probablemente esa situación nuevamente inestable haya obligado a Sergio Massa a volver a la receta del dólar soja, dejando en lista de espera el anunciado para Mendoza y otras provincias con economías regionales muy afectadas por las inclemencias climáticas.
Sea cual fuere el motivo, se debe pedir a las autoridades nacionales un mayor apego a las necesidades de las economías regionales, que por una u otra razón frecuentemente quedan relegadas a la hora de la asistencia a ellas, tanto para promover sus producciones como para salir en su auxilio ante una contingencia, como ocurrió en esta oportunidad.