Los flancos de abordaje de la situación de la niñez en el país, cobran especiales dimensiones tras el caso con final feliz de una niña de 7 años, en la provincia de Buenos Aires, quien estuvo desaparecida durante más de 3 días.
El estado de vulnerabilidad y de peligro moral a la que estuvo sometida esta niña, lamentablemente, el reflejo de muchas otras vidas en riesgo, nos avala para considerar los valores y beneficios de un programa de la mendocina Asociación Voluntarios de Mendoza (Avome), dedicada a la niñez y la familia, con medio siglo de trayectoria en sus espaldas (nació en 1971).
Uno de sus objetivos básicos es proteger a niños, adolescentes y jóvenes en el derecho a la familia y la educación. Algo que precisamente faltó en la dramática realidad de la nena citada, y que despertó la indignación general y a la vez, solidaridad pública.
Actualmente, los programas y proyectos socioeducativos de Avome apuntan a contener y educar a niños y jóvenes, sin separarlos de su hogar, y a fortalecer el vínculo afectivo entre vástagos y progenitores.
Desde 2000 se asume en la institución el desafío en gestión asociada con el Gobierno de Mendoza y, desde hace cinco, Avome lleva adelante el Programa de Acogimiento Familiar en la provincia con el nombre de “Programa de Familia Temporaria”. En la edición del 14 de marzo pasado, Los Andes se ocupó de esta problemática en nota titulada “Familias temporarias: una tarea de amor que crece en Mendoza”.
Una familia de este tipo es aquella que voluntariamente se ofrece a recibir en su seno a menores que, por medidas de protección excepcionales, tomadas por los Equipos Técnicos Interdisciplinarios de la Dirección General de Protección (DGP), no pueden seguir conviviendo con sus familias biológicas por muy diversas razones y por tiempos que varían en cada caso.
Se trata de familias que no presentan lazos de parentesco con los infantes y que se abren a la posibilidad de brindarles un ambiente familiar por un tiempo hasta que se resuelva la situación legal del niño. La familia temporaria tiene un carácter transitorio y no debe estar inscripta en el Registro Provincial de Adopción.
Es muy difícil la realidad que transitan los niños y niñas a los que a su familia se les aplica una medida excepcional y deben ser institucionalizados en la Casa Cuna o bien en minihogares y albergues.
Claro que para que obren estas circunstancias, es determinante y mandante la convalidación de los procederes por parte de los Juzgados de Minoridad y Familia de Mendoza.
Las estadísticas de la institución revelan que 60% de los casos tuvieron su resolución, ya sea por adopción o reintegro a su familia biológica, y un crecimiento de familias temporarias.
Todos estos procedimientos de tenencia provisoria de niños, niñas y adolescentes, hasta tanto la Justicia decida la solución final a través de la adopción o el reintegro a la familia biológica, no disponen de una ley que los convalide.
Por eso en la Legislatura está en tratamiento, en la comisión de Desarrollo Social, una iniciativa para convertir en norma estable el procedimiento. Es impulsada por la diputada Marcela Fernández (UCR). De aprobarse, podría brindar, a la iniciativa de acogimiento familiar, un marco de mayor especificidad y efectividad.