Las crisis generalizadas que vive nuestro país conducen a miles de argentinos a tomar la decisión de partir buscando mejores horizontes, una calidad de vida superior. Solo o en familia, casi siempre se encuentra un proyecto para encarar una nueva etapa lejos de estas tierras. Se trata de una realidad lamentable, ya que la amplia mayoría de los casos se sustenta en el desencanto por los problemas de distinta índole que abundan en nuestro país desde hace muchos años. La penosa situación económica empuja sistemáticamente a interesarse por algo mejor a distancia.
Cabe destacar al respecto que en décadas pasadas era normal saber de profesionales argentinos que por sus méritos en distintas especialidades recibían el requerimiento para volcar sus conocimientos en otros países. Sin embargo, la realidad hoy nos muestra que lo que priorizan muchísimos argentinos es la búsqueda de un ámbito de vida más coherente, seguro, estable en lo económico y, por ende, con mejores perspectivas de desarrollo.
Volviendo al caso específico de España, la partida de argentinos es ya incesante. Recientes informes periodísticos dan cuenta de lo que sucede con un destino muy atractivo por tradición, estilo de vida e idioma. Según datos relevados por el Instituto Nacional de Estadísticas español, en el primer semestre de 2022 fueron 9.500 los argentinos que se trasladaron a aquel país, mientras que en el mismo período de este año dicha cifra prácticamente se duplicó, ya que el número de argentinos que llegó fue de 17.400. Por otra parte, en total residen en aquel país más de 328.000 personas oriundas de Argentina.
El ejemplo de España es fácilmente trasladable a otros países europeos, como también a Estados Unidos, Canadá y otros destinos del mundo en los que están puestas las expectativas de crecimiento de tantísimos argentinos.
Y de acuerdo con otro estudio, realizado por una ONG especializada, solamente en los seis primeros meses de este año abandonaron el país, en la búsqueda de nuevas expectativas personales y laborales, 24.000 jóvenes. En todos los casos, con la intención de radicarse en otros destinos.
Observadores internacionales que se dedican cada vez más insistentemente a esta realidad de nuestro país se detienen en algo muy cierto: Argentina fue una de las naciones del mundo que durante el siglo 19 y comienzos del 20 recibió una notable cantidad de inmigrantes, mayoritariamente de España e Italia. Y luego llegaron de procedencias vecinas. Todos, comenzando por los de origen europeo, contribuyeron enormemente con el crecimiento y desarrollo de distintas labores industriales.
Ahora pareciera que los descendientes de aquellos pioneros, que en muchos casos llegaron hasta estas latitudes huyendo de la devastación de las guerras, buscan volver a sus lugares de origen familiar, pero en este caso escapando de nuestros propios desatinos. Sin reconocimiento del esfuerzo y el mérito es difícil lograr una correcta motivación.
Es de esperar que la cercana apertura de un nuevo período institucional en el país permita encaminar paulatinamente las condiciones económicas y sociales, de modo de lograr que en un futuro no muy lejano nuestro país sea capaz generar expectativas favorables para crecer y desarrollarse en este suelo.