Un doble hecho cultural de gran trascendencia se ha producido al promediar el mes de noviembre, consistente en la habilitación de una muestra de valiosos cuadros del acervo del Museo Provincial de Bellas Artes-Casa de Fader en el Espacio Arizu de Godoy Cruz. El otro suceso es el propio traslado de las obras de un lugar a otro.
Los Andes reflejó ambos acontecimientos el domingo 17, con una nota titulada “Fader en el Arizu. Una inédita muestra que hay que ver”.
Todo el operativo resulta interesante por la movilidad de las obras de arte, la puesta en valor del Espacio Arizu y por favorecer un recambio generacional que permite un acceso más fácil y directo a la producción de grandes artistas.
Las desplazadas del museo de Mayor Drummond a la sede de la exBodega Arizu, fueron 65 pinturas, veinte de la colección original Fader, entre ellas “Las colchas”, “El estanque” o “El viejo piojoso”. Representan parte de la trayectoria plástica del artista que falleció en Córdoba, del periodo comprendido entre 1898 y 1935. El resto son obras de autores nacionales, como Eduardo Tartaglione, Víctor Cúnsolo, Ernesto Mariano Scotti, Emilio Caraffa, Indalecio Vicente Pereyra, Ana Weiss de Rossi.
Se encuentra Augusto Marteau y la famosa aguafuerte de Benito Quinquela Martín, “En plena actividad”. También se pueden apreciar expresiones de los grandes del arte argentino: Antonio Berni, Juan Carlos Castagnino, Emilio Pettoruti y Raquel Forner. Hay óleos de los grandes artistas mendocinos, del calibre de Roberto Azzoni, Rafael Cubillos, Vicente Lahir Estrella, Fidel de Lucía, Eglantina Torres (mendocina por adopción), Julio Suárez Marzal, Pedro Nolasco Parada (nacido en Chile, pero radicado en Mendoza) y Antonio Bravo (español que vivió en la provincia).
Trasladar obras de arte de esta envergadura de un ambiente a otro implica poner en marcha un procedimiento riesgoso y complicado, que en el caso que describimos se cumplió a la perfección, respetándose el pliego técnico para este tipo de desplazamientos.
Las autoridades de la Subsecretaría de la provincia y de la Dirección de Patrimonio, con Cristina Sonego, su titular, a la cabeza, supervisaron el traslado y el montaje.
Las naves del Espacio Arizu, verdaderos templos que cobijaron durante más de cien años, el vino en cubas y toneles, hoy se han transformado en un recinto donde se puede observar la obra plástica de exponentes de la pintura nacional y mendocina.
Suponemos que el fundador de la bodega, Balbino Arizu, que la inauguró en 1888, vería con satisfacción que las naves donde se conservaba y fermentaban las uvas, hoy se conviertan en recintos dedicados al arte. Él supo apoyar iniciativas vinculadas al arte.
Valoramos esta iniciativa llevada a cabo por el área de Cultura provincial y la Municipalidad de Godoy Cruz, ya que se ha logrado acercar una valiosa muestra del arte pictórico a públicos más amplios que los que puede recibir el Museo Fader, aunque sin menospreciar el valor de nave insignia que tiene la casona de Guiñazú, en Luján de Cuyo, en el mundo del arte.
Remarcar además que las piezas colgadas en el Arizu no estaban expuestas y se encontraban guardadas en el depósito del museo.
Asimismo, será muy propicio para ampliar el caudal de espectadores, el hecho de que habrá visitas guiadas gratuitas para alumnos de escuelas primarias y secundarias, quienes podrán acercarse al arte a través de recorridos guiados y educativos que, por qué no imaginarlo como posibilidad, tal vez sirva para que alguno de esos observadores se acerque al ámbito maravilloso de la pintura.